alberto cornejo Madrid | viernes, 07 de febrero de 2014 h |

No conviene engañar. España aún no puede presumir de e-salud. Su puesto, el decimoséptimo, en el ranking que mide el nivel de desarrollo tecnológico de los sistemas sanitarios en Europa no es casual. La ausencia de una estrategia nacional en sanidad digital, y la no interoperabilidad (a nivel regional y asistencial) de herramientas ya al servicio del SNS_como la receta electrónica o la historia clínica contribuyen a esa posición. Julio Sánchez Fierro, presidente del consejo asesor de Sanidad, y cuyas palabras suelen sentar cátedra, lo tiene claro. “Mientras no haya conciencia de ello, se seguirán haciendo cosas, pero serán islotes innovadores que no cambian la realidad. Existen proyectos por doquier, cada uno de su padre y de su madre (sic). Hay que dejar a un lado la etapa experimental y hacer un desarrollo efectivo de la e-salud”. Así lo señaló en una jornada sobre retos de la sanidad digital organizada el 5 de febrero en Madrid por el Instituto de Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).

No obstante, España tiene ‘medallas’ que colgarse en e-salud, como es el caso de la receta electrónica. Según informó en esta jornada Agustín Rivero, director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad, la e-receta está ya implantada en el 68 por ciento de las boticas nacionales, un porcentaje que se eleva al 86,3 por ciento respecto a los centros de salud. Aunque todavía hay regiones (como La Rioja) que ni tan siquiera han iniciado su puesta en marcha, la velocidad de crucero que caracteriza su desarrollo en el resto del país hace confiar que la receta electrónica esté completamente implantada “a finales de 2014”, vaticinó Rivero. Sin embargo, este ritmo dispar de las comunidades autónomas en el uso de las nuevas tecnologías en sanidad facilita la apertura de una “brecha digital”, alertó Sánchez Fierro.

Como así se destacó en la jornada, la no interoperabilidad es la ‘cruz’ y principal reto a superar en la sanidad digital nacional. Un problema que conoce bien la receta electrónica, con tantos modelos como regiones. En este sentido, Carmen Recio, directora técnica del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos pidió “voluntad política” para alcanzar este ansiado, y todavía lejano, objetivo. Asimismo, Recio recordó que la e-receta abre un amplio abanico en la mayor seguridad de la asistencia y, por ello, reclamó que los boticarios pueden acceder a través de ella al historial farmacoterapéutico del paciente.