| viernes, 25 de marzo de 2011 h |

Las oficinas de farmacia españolas pondrán empezar a dispensar unidosis de ibuprofeno y paracetamol a partir del 1 de abril. Una medida que tiene su origen en el Real Decreto Ley 8/2010, cómo no, que modificó la Ley de Garantías para permitir poner en práctica esta presunta medida de ahorro. Y decimos presunta porque en la memoria económica del proyecto de resolución que sacó a la luz el Ministerio de Sanidad precisa que, aproximadamente, el ahorro que se derivará de la dispensación a través de unidosis tanto de ibuprofeno como de paracetamol será de seis millones de euros. Una cifra que se elevaría, supuestamente, hasta los 300 millones cuando se aplique este sistema a las 25 moléculas previstas. Un ahorro que no se sabe si ha tenido en cuenta el perjuicio económico que supondrá la implantación de este sistema, en el caso de que el farmacéutico tenga que manipular los blísters, que la patronal catalana de oficinas de farmacia, Fefac, cifró en cinco euros por dispensación.

Pero más allá de las dudas sobre el ahorro que se puede derivar de la implantación de este sistema, ya que no vemos, por ejemplo, el ahorro que se puede exprimir cuando una caja de paracetamol cuesta 0,78 euros, se encuentra una cuestión básica que se está haciendo muy mal. Los farmacéuticos no han sido informados todavía de cómo van a tener que poner en práctica este sistema. Ni cómo se va a facturar. Ni cómo… Mil dudas. Unas dudas que se derivan de la falta de una instrucción técnica, de una resolución en firme para definir un sistema que ya esta aquí. O a lo mejor no está tan cerca.