| viernes, 05 de octubre de 2012 h |

En los últimos días se han sucedido las llamadas a la colaboración y pacto entre el Ministerio de Sanidad y la industria. La Ministra de Sanidad, Ana Mato, ha explicado que la colaboración público-privada es una vía para la sostenibilidad del SNS y, de este modo, dar un marco de referencia estable a la industria para que pueda programar sus inversiones. Por su parte, el presidente de Farmaindustria, Jordi Ramentol, cree que el sector tiene que convertirse en el socio estratégico estable y de referencia de la administración sanitaria. El punto de partida no es malo ya que ambas partes necesitan del otro. Pero pueden existir dudas ya que las experiencias pasadas no han terminado bien. Cada uno de los últimos intentos de colaboración y pacto que se iniciaron tanto con Bernat Soria como con Leire Pajín, han terminado con un ‘decretazo’. No obstante, no hay otra salida posible.

Tanto Sanidad como el sector deben hablar claro y entenderse. Las necesidades de uno y otro deben presentarse sin ambages y las reglas del nuevo escenario deben quedar claras para todos. Es imprescindible si se quiere dar estabilidad y previsibilidad al sector para no perder ya cualquier posibilidad de recuperación. Sanidad debe presentar claramente los escenarios legales, regulatorios y de acceso que serán de aplicación en función del marco macroeconómico. Igualmente deben conocerse las posibles variaciones en los escenarios ante cambios de dicho entorno económico. La industria, por su parte, debe avanzar en el tratamiento integral de la enfermedad y en las conversaciones con la administración para priorizar el desarrollo de medicamentos que cubran necesidades del sistema sanitario. Ambas partes, no obstante, deben ser conscientes de que la situación del otro ya no es la de hace cinco años. Ni la Administración puede exigir más sacrificios o ni siquiera inversiones al sector ni el sector puede demandar la financiación de todo y para todos. Estamos ante un cambio de modelo que se debe perfilar en los próximos meses, con diálogo.