El curso que finaliza ha sido un curso en el que se han producido muchísimos acontecimientos de gran importancia para el sector en todos los ámbitos: farmacia, distribución, industria y, cómo no, política sanitaria, con un cambio de ministro incluido. Un curso que se ha pasado con notas muy positivas en algunas asignaturas, con no tan buenas en otras y que también ha dejado algunas para septiembre.
Podemos enmarcar dentro de las notas excelentes el fallo que el Tribunal de Luxemburgo emitió en el ‘caso italiano’, un asunto que, a buen seguro, servirá para que el modelo español de farmacia apruebe su dictamen motivado y su cuestión asturiana a partir de septiembre. Una buena nota también ha llegado en este curso de la mano de la distribución. Al final hubo consenso y se fumó la pipa de la paz para redactar unos nuevos estatutos que hagan que su patronal, Fedifar, tenga el peso específico que requiere. Y en la industria… Un sobresaliente cum laude por el compromiso alcanzado con el Gobierno para mantener el empleo, aumentar las exportaciones e incrementar la inversión en I+D, todo ello con vistas a convertirse en la punta de lanza para cambiar el modelo productivo español.
Pero también ha habido suspenso y asignaturas que han quedado para septiembre: precios menores, Real Decreto de Mutualidades, retraso del desarrollo de la Ley de Garantías, suministros selectivos, informes negativos del ODAC… En septiembre, vuelta al trabajo.