Matar al mensajero siempre es más sencillo que mirar lo que uno tiene dentro de casa para ver si lo que le está diciendo el mensajero es cierto o no. Sin embargo, está práctica continúa en el pensamiento de muchos y, cómo no, en el de mucha gente del sector. Matar al mensajero estaría justificado si realmente éste, que lleva una mala noticia, lo hiciese por el simple hecho de dañar y perjudicar al que recibe el mensaje. Pero nada más lejos de la realidad, por lo menos si nos referimos a EG. Ante la polémica que se ha suscitado dentro de la patronal de la distribución entre Cofares y Asecofarma, EG ha mantenido desde el principio la misma línea de actuación: informar a nuestros lectores de lo que estaba pasando en el seno de Fedifar. Ni más ni menos. Contenidos e Información de Salud, empresa editora de EG, no se dedica al negocio de la distribución, sino al editorial, por lo que su trabajo no es tirar de la soga hacia un lado u otro, sino ofrecer a nuestros lectores lo que día tras día nos demanda: información veraz sobre aquellos acontecimientos relevantes que les interesan.
Por este motivo, desde EG, lejos de posicionarse en una u otra opción, en este caso la de Cofares y Asecofarma, lo que ha hecho en todo momento es informar de las conversaciones, los acuerdos y los desacuerdos entre ambas. Repetimos: nos dedicamos a dar información veraz a nuestros lectores y, por ello, en ningún momento podemos decir, como nos gustaría, que ha habido un acuerdo total. O que ese acuerdo está cercano. No. Lo que decimos es que hay un punto en el que no hay acuerdo. Cada uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, y ni esos silencios ni esas palabras dependen de EG. Como tampoco depende que los silencios se transformen en palabras o en que esas palabras se las lleve el viento. Eso sí, podemos decir que una Fedifar fuerte es lo más conveniente para el sector.