No se ha contado con algunos profesionales
| 2009-05-17T18:00:00+02:00 h |

Nunca antes el anuncio de que un medicamento concreto saliera de la financiación y estuviera disponible ‘sin receta’ había llenado tantas páginas de periódicos y minutos de radio y televisión como los que ha ocupado el de la ‘píldora del día después’. Más allá de los problemas éticos, que los hay, que se pueden presentar a los farmacéuticos ante la solicitud de este medicamento, existe una serie de cuestiones sanitarias que deben ser tenidas en cuenta y que, por lo que parece, todavía no se han analizado.

El anuncio realizado por las ministras de Sanidad e Igualdad, a modo de golpe de efecto ante el debate sobre el estado de la nación, ha obviado a los profesionales hasta que a posteriori ha sido necesario incorporarlos a la elaboración del plan de actuación, ya que la utilización de este medicamento sin control crea alarmas entre la mayoría de los profesionales sanitarios.

La administración de la píldora postcoital debería ser utilizada de manera extraordinaria, únicamente como anticonceptivo de emergencia para evitar los riesgos de embarazo tras una relación sexual de riesgo, pero nunca de manera ordinaria como método anticonceptivo. El hecho de que para su dispensación no se requiera ningún tipo de receta, visita al médico o control, hace que el anonimato de la paciente impida conocer la frecuencia con la que ha tomado dicho medicamento, lo que en casos de repetición en corto espacio de tiempo podría dar lugar a graves trastornos a consecuencia de las altas dosis utilizadas. No basta con que los farmacéuticos informen de los métodos anticonceptivos y de los riesgos de la utilización inadecuada de la píldora, hay que establecer protocolos para que se pueda verificar, por motivos de salud, que la misma está siendo administrada adecuadamente.