El último día del mes de junio se produjo un hecho de esos que se califican como: sin precedentes. Realmente, no es del todo cierto, ya que la aprobación en 2000 la aprobación del denostado RD 5/2000 provocó el primer cierre de la farmacia española. Tampoco se puede decir, como sucedió en aquel caso, que la huelga de oficinas de farmacia afectase a toda la geografía española. No, sólo se circunscribió a la Comunidad Valenciana. Pero sí, si se puede calificar como un día histórico para la oficina de farmacia española, porque las boticas valencianas echaron el cierre para protestar contra los nuevos reales decreto-ley que afectan de manera severa a la ya de por sí maltrecha economía de las oficinas de farmacia nacionales. Unas oficinas que, precisamente desde la aprobación de ese infausto RD 5/2000 han estado expuestas a una intemperie que les han hecho soportar ventiscas en forma de órdenes de precios de referencia, chaparrones como el RD de Mutualidades y otras inclemencias meteorológicas que han afectado gravemente a sus economías.
Un último y reivindicativo día del mes junio que venía precedido por otra movilización, en este caso una movilización ante las puertas del Ministerio de Sanidad el pasado día 26. Una manifestación que también puede considerarse sin precedentes e histórica: médicos y farmacéuticos acudieron de la mano para protestar por las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno y que afectan al sueldo de los médicos y a la ya referida rentabilidad de las oficinas de farmacia. Una reivindicación que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, debería tener muy en cuenta. La ministra se equivoca al decir que no tomará ninguna decisión por el hecho de que “algunos profesionales” se concentren ante el Ministerio de Sanidad. Una equivocación profunda porque, ni usted ha sido ni será la encargada de manejar la podadora económica del Gobierno y porque parece que no ha valorado como se merece estos dos hechos históricos.