El objetivo del Sistema de Precios de Referencia (SPR) es, lógicamente, fomentar la competencia dentro de los medicamentos sin patente para lograr una reducción de su precio en beneficio de la sostenibilidad del sistema. Pero toda reducción tiene un límite, y éste parece ya próximo. Durante el pasado ejercicio el precio de los medicamentos genéricos en España sufrió, un año más, una reducción de precio. En función de los datos de IMS Health, se estima que en 2009 los precios bajaron un 6,3 por ciento respecto al año anterior. Tras esta reducción, un envase de medicamento genérico cuesta de media (a Precio Venta Laboratorio) 3,41 euros. Pero la realidad es aún más dura, ya que hay multitud de presentaciones que su precio no supera un euro, mucho menos que una cajita de chicles.
No por mucho repetirlo deja de ser necesario insistir en que el precio de los medicamentos debe ser suficiente para, por un lado, garantizar la calidad de los mismos y, por otro, permitir a las compañías que los producen un mínimo de rentabilidad que evite la retirada de las presentaciones más baratas del mercado. Pero si la espiral de rebajas de precio continúa, la única salida para muchas compañías es renunciar a la comercialización de las presentaciones que menos beneficio dejen, perjudicando por tanto a los pacientes que las usan y al Sistema Nacional de Salud, que tendrá que hacer frente a tratamientos más caros por el deslizamiento de las prescripciones.
Para evitar estos problemas, Sanidad debería estudiar la posibilidad de prescindir de revisiones de los PR y precios menores en aquellos conjuntos que lleven un periodo suficiente (podrían ser cuatro o cinco años) creados, al tiempo que debe actualizar los umbrales mínimos fijados y establecer uno para su uso en relación a los precios menores. Y es que, los ahorros logrados no compensan los perjuicios.