La denominada Ley Ómnibus que el Gobierno ha remitido ya a las Cortes pretende dar un giro histórico a la estructura del sector servicios para fomentar la competencia, crear empleo y riqueza. Uno de sus puntos fuertes, por ello, es que sustituye la figura de la autorización previa para el acceso al ejercicio de numerosas actividades por meras comunicaciones o declaraciones, que reducen las barreras y costes de entrada en todos los sectores afectados. Es una gran noticia para los agentes, como lo ha sido para Anefp, la patronal del autocuidado de la salud en España. Es esto lo que hace que su director general, Rafael García Gutiérrez, considere “positivo” el proyecto, aunque, como todos, es mejorable.
Lo dicho en el párrafo precedente debería redundar, además de lo ya señalado en cuanto a agilidad y competencia, en una reducción de costes. Aquí es donde la postura de Anefp en relación al proyecto se desinfla. Es cierto que la patronal se beneficiará de unos trámites más ágiles con la Aemps, pero económicamente no compensará si le duplican las tasas, como señala el proyecto de ley.
El mercado de medicamentos publicitarios no necesita más trabas en su camino. Lo que necesita es contar con el apoyo de algún grupo parlamentario de la Cámara para que, ahora que la mayoría socialista está en entredicho por la escasez de aliados, el mantenimiento de las tasas actuales tenga oportunidades de salir adelante.