No es que hiciera falta que llegara el Informe Cotec 2012 para darnos cuenta de que el desarrollo de la investigación y desarrollo en nuestro país iba retrocediendo a pasos agigantados, pero cuando una fundación de su relevancia expone un estudio en el que numerosos expertos identifican un conjunto de “serias amenazas” para el desarrollo del sistema de innovación en España, deberían saltar todas las alarmas y poner los medios para solventar esos problemas cuanto antes.
El estudio realizado por Cotec pone el acento en cuestiones de financiación. Tanto desde el punto de vista de las empresas y su “escasa dedicación de recursos financieros y humanos” a la innovación, como por parte del sector público. En este ámbito los expertos identifican como un riesgo la menguante disponibilidad de fondos públicos para el fomento de la I+D. Pero no solo son económicos los problemas de nuestro sistema de innovación. Desde Cotec identifican el limitado papel que la demanda nacional tiene como tractor de la innovación o la falta de colaboración de empresas entre sí y de estas con los centros de investigación públicos. Otro de los defectos que tenemos es la escasa importancia que la compra pública innovadora tiene en nuestro país.
Pero entrando en el terreno de los números, el Informe Cotec 2012 ha puesto de manifiesto que el efecto de la crisis sobre la I+D empresarial va para largo. Desde 2008 las inversiones en gastos corrientes se habían mantenido en el tiempo, dotando de recursos a los programas en marcha, pero en 2011 ya se observa una caída en los gastos corrientes, que sin duda es un signo de la finalización de proyectos y falta de nuevos programas de investigación. Lo peor de todo es que el resultado será una menor innovación en los próximos años, con lo que nuestro sistema de I+D se alejará en resultados, aún más, de los de países de nuestro entorno más próximo.