Cómo vas a convencerlo?”, preguntó ese cantante clon de Frank Sinatra, Johnny Fontane, a Vito Corleone. “Le haré una oferta que no podrá rechazar”, respondió El Padrino. Ésta es quizá una de las frases más célebres de la historia del cine. Una frase que se ha aplicado en innumerables ocasiones en la vida real. Y en todos los idiomas. Incluso en gallego, suponemos. El caso es que ofertas irrechazables… haberlas, haylas, y, como decía Don Vito, en ocasiones son irrechazables.
Lo que está claro es que este tipo de conversaciones se dan con más frecuencia en unos sectores más que otros. Basta con poner como ejemplo uno de los grandes negocios que siempre ha utilizado la Cosa Nostra (llámese Mafía siciliana, Camorra napolitana o Ndranguetta calabresa) para hacer dinero y tener a las autoridades comiendo de su mano: la recogida de basuras. No hay más que recordar el suplicio vivido por los napolitanos hace un par de años, cuando la Camorra declaró la guerra de la basura al ayuntamiento de esta localidad italiana y vieron como las calles permanecieron bastante tiempo cubiertas de basura.
En el área napolitana sólo existía un vertedero y estaba completo. Las autoridades municipales intentaban abrir otros, pero los municipios se negaban. Aunque eso sí, a decir verdad, quien se negaba era la Camorra napolitana, que azuzaba a los napolitanos para que protestasen contra la creación de plantas incineradoras y vertederos. ¿La razón? La propia Camorra tenía fosas ilegales donde verter, sin ningún tipo de escrúpulo, algunos residuos nada convenientes.
Por lo que parece, el sector de las basuras es muy apetitoso, económicamente hablando. Y todo a pesar de que, en ocasiones, puede oler muy mal. Eso sí, a veces, como dijo Don Vito, “hay ofertas que no se pueden rechazar”.