| viernes, 28 de septiembre de 2012 h |

La puesta en marcha del Fondo de Liquidez Autonómico es como el Maná, el alimento que, según el Éxodo, enviaba Dios todos los días durante la diáspora del pueblo de Israel en el desierto. Así, los farmacéuticos esperan que con la puesta en marcha de esta herramienta que el Gobierno ha puesto a disposición de las comunidades autónomas para afrontar los vencimiento de deuda de este año y ponerse al corriente de pago a los proveedores se solucionen los impagos de la factura farmacéutica que se dan en algunas regiones y se ahuyente definitivamente su fantasma en aquellas otras que todavía no han padecido ese problema. Así, al igual que pasaba con el Maná, los farmacéuticos esperan que ese Fondo de Liquidez Autonómico tenga la apariencia y el sabor que uno desea, es decir, que priorice el pago a los boticarios, un compromiso al que llegó el Ministerio de Hacienda con los farmacéuticos valencianos.

Esperemos a ver cómo se desarrolla el mecanismo del Fondo de Liquidez Autonómico porque, por lo visto y por todas las comunidades que se han acogido al mismo, todavía no está claro cómo y cuándo llegará el dinero finalmente a las farmacias. Y es que, por ejemplo, de los 18.000 millones previstos por el Gobierno central, solo quedan 2.000 después de que Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, Andalucía y Castilla-La Mancha ya se hayan apuntado al mismo. Eso sí, lo que está claro es que el Fondo de Liquidez Autonómico parece ser la última tabla de salvación para garantizar los pagos a las oficinas de farmacia hasta fin de año. Incluso en aquellas comunidades autónomas que no han experimentado la tragedia de los impagos, como es el caso de Cataluña. Así lo ha puesto de manifiesto el presidente de los farmacéuticos catalanes, Jordi de Dalmases, que ha trasladado a estos su preocupación. Esperemos que esta herramienta puesta en marcha por el Gobierno central sea ese Maná que alimentó al pueblo de Israel durante su vagar por el desierto, porque las farmacias ya han vagado mucho.