La patronal americana de la industria farmacéutica (PhRMA) ha hecho públicos los resultados de un análisis de las prácticas de evaluación centralizada que realiza el NICE, las cuales, a juicio de la asociación de laboratorios, han generado “la negación de cobertura y las restricciones en el acceso de los pacientes a nuevos medicamentos y productos biológicos”, especialmente en cáncer.
Concretamente, según los resultados del estudio, en torno al 79 por ciento de los dictámenes del NICE entre 2007 y 2013 para tratamientos oncológicos recomendaban algún tipo de restricción (ya fuera esta total o limitada), cifra que se situó en el 56 por ciento en el caso de los medicamentos dirigidos a otras áreas. Entre los argumentos ofrecidos para justificar estas decisiones, destacaron las características propias de las enfermedades o los pacientes, el historial de tratamiento o la forma de administración de las medicinas.
Así, como consecuencia de las restricciones impuestas, el NICE “está dejando de reconocer las necesidades específicas de muchos pacientes, las posibles respuestas a los tratamientos, así como las preferencias de las personas tratadas a la hora de elegir unos y otros medicamentos”, según la PhRMA. Y además, los datos ofrecidos indican que la situación no hace sino agravarse. Concretamente, según la patronal, en 2013 fue negada la financiación a los seis productos para los que se presentó solicitud.
Como resultado de esta política, indican, las tasas de supervivencia relativa a cinco años para cánceres como el cervical, el de mama o el colorrectal han sufrido una merma en Reino Unido frente a países con una política de financiación más laxa, como es el caso de los Estados Unidos.