La escalada que estaba protagonizando el genérico en la cuota de mercado por unidades sufrió un ligero retroceso en 2013. El pasado año volvió a producirse un crecimiento, pero a menor ritmo que en años anteriores. ¿Las causas? Intrínsecas y extrínsecas a la actividad del sector, pero son las segundas las que tuvieron mayor responsabilidad en la ralentización. Si bien es cierto que no hubo lanzamientos estrella a lo largo del pasado ejercicio, la legislación vigente tuvo algunos vaivenes que no favorecieron el desarrollo del sector.
La modificación de la Ley de Garantías en julio trajo la peor noticia para el sector. El nuevo texto legal permite a los medicamentos de marcas cuya patente haya expirado utilizar las siglas EFG (Especialidad Farmacéutica Genérica), hasta ahora privativas de los fármacos genéricos. Aeseg denunció este cambio, al considerar que añadía una nueva dificultad para ganar cuota de mercado. El argumento utilizado por la patronal se basa en que la marca ya ha tenido tiempo para consolidarse en el mercado y, al permitirle usar estas siglas, refuerzan su hegemonía en detrimento del genérico.
La modificación de la Ley de Garantías ha supuesto la puntilla a una situación que el Real Decreto-ley 16/2012 ya puso complicada. La primera reforma de la cartera dirigida por Ana Mato implementó los precios más bajos unidos a la obligatoriedad hacia la marca de igualar el precio del genérico desde el primer momento si quería entrar en la financiación pública. Bajo el paraguas de legislaciones anteriores, el genérico disponía de seis meses en los cuales se beneficiaba de un diferencial de precio necesario para introducirse y ganar cuota de mercado. Si a esta pérdida en unidades se le suma la pérdida en valores que la norma del precio más bajo impulsa, las posibilidades de rentabilidad del sector disminuye, poniendo en riesgo su viabilidad y con ella las posibilidades de ahorro a medio y largo plazo para el sistema.
Otro de los factores que ha perjudicado al sector han sido el copago y las desfinanciaciones. En la coyuntura económica actual, ambas decisiones ministeriales han propiciado un descenso en el consumo de los fármacos y, con ello, una disminución de las ventas.
Las ‘aventuras’ autonómicas
Igualmente, entre las causas que no benefician el crecimiento del sector del genérico se encuentra la falta de unidad de mercado. A este respecto, el RDL 16/2012 obliga a la dispensación del genérico en detrimento de la marca a igualdad de precio, pero desde Aeseg se explica que la implementación de la norma no está siendo adaptada por algunas comunidades autónomas como debiera.
Por otro lado, medidas como los algoritmos valencianos o las subastas andaluzas también han traído inestabilidad al sector. Así, los algoritmos han reducido el arsenal terapéutico de ciertas patologías importantes y en donde los genéricos tenías desarrollado varios productos. Las subastas, por su parte, eliminaron la posibilidad de que las compañías, a excepción de la adjudicataria, puedan dispensar sus medicamentos, con la consecuente pérdida económica.