| domingo, 09 de noviembre de 2008 h |

c. r.

Madrid

“Cada profesional cumple con su labor dentro del modelo sanitario español”. Así de contundente se manifestó el ministro de Sanidad, Bernat Soria, acerca del nuevo capítulo de crisis en las relaciones entre profesionales médicos y farmacéuticos que se ha abierto en torno a la Atención Farmacéutica.

El origen de la nueva polémica es un comunicado de la Comisión de Prescripción del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), en el que manifiesta su “más absoluto y profundo rechazo” a la conclusión principal del XVI Congreso Nacional Farmacéutico, celebrado recientemente en Badajoz, así como al Proyecto 2020 de la SEFH, que sitúan entre los principales retos del modelo español de farmacia la Atención Farmacéutica y el seguimiento farmacoterapéutico del paciente.

Prescripción enfermera

Además, el rechazo en esta ocasión se hace extensible a la “prescripción enfermera”, que los médicos consideran “una obsesión del ministro de Sanidad”, manifestada por última vez en su reciente intervención ante el Consejo General de Enfermería el pasado 30 de octubre.

Se trata, según la Organización Médica Colegial, de dos iniciativas que “van contra la Ley 29/2006, de Garantías y Uso Racional del Medicamento y Productos Sanitarios, y contra la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente, además de constituir una intolerable intromisión en funciones y competencias que no les son propias por estar reservadas a ámbitos competenciales de otras profesiones”.

Ante esta situación, la OMC presentará en la Asamblea General del próximo 13 de diciembre un proyecto alternativo de uso adecuado de los medicamentos y seguimiento fármacoterapéutico que juzga “ajustado a la ley” y orientado a la búsqueda del “beneficio del pacientes y el ahorro en el gasto fármaco sanitario”.

Complemento necesario

Las reacciones desde el ámbito de la farmacia no se han hecho esperar. “El desarrollo de la Atención Farmacéutica no entra ni vulnera ninguna de las actividades de la profesión médica sino que complementa la necesaria atención que debe recibir un ciudadano para mejorar la eficacia y seguridad de sus tratamientos”, respondió José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Según él, “hay que centrar el punto de vista en el ciudadano y el paciente”.

Asimismo, añadió que todos los elementos del equipo multidisciplinar deben aportar ese elemento de calidad en el proceso farmacoterapéutico que precisa el usuario. “No hay ningún proceso de intromisión, sino un proceso de colaboración en la búsqueda de algo que parece claro: la seguridad y la eficacia de los tratamientos farmacoterapéuticos”, reiteró.

Por su parte, Pedro Capilla, presidente del CGCOF, también descartó cualquier tipo de intromisión en las competencias médicas y defendió el papel del farmacéutico como el único capaz de hacer el seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes.