La falta de equidad entre comunidades autónomas suele tener un denominador común: las diferencias presupuestarias en la renta per cápita invertida. Este indicador es la raíz que subyace bajo los problemas que se visualizan cuando la inequidad es acuciante. Dificultades en el acceso, cartera de servicios desigual o dificultades extrasanitarias para que un ciudadano sea atendido en cualquier parte del territorio nacional son las puntas de un iceberg que ha congelado el sistema sanitario en los últimos años. El Consejo Económico y Social (CES), a través de un informe, comienza a ver ‘brotes verdes’ en este indicador que comenzaron en el 2015 y se asientan en el 2016 con una estimación de crecimietno medio que este organismo sitúa en el 3,8 por ciento.
La crisis económica —y las políticas de recortes que se han llevado a cabo para cuadrar los números— ha sido la responsable desde 2011 de una menor inversión per cápita de las comunidades autónomas. Aquel año se produjo un descenso generalizado en este indicador del que sólo se salvaron tres regiones: Murcia, Madrid y Baleares. Canarias, Extremadura y Cataluña fueron los territorios que más apretaron el cinturón de su gasto per cápita, sendero que las dos primeras ya habían comenzado a andar durante 2010.
La estrategia de desinversión se consumó en el año 2012 y alcanzó su culmen en 2013, cuando el descenso fue generalizado (con las excepciones de Cantabria y País Vasco) y los porcentajes alcanzaron un nuevo suelo. Todos los ratios fueron negativos en una comparativa con respecto al ejercicio anterior, que ya fue nefasto en lo que a inversión per cápita ser refiere. Andalucía, Extremadura, Aragón y Murcia sometieron a este presupuesto a descensos de dos dígitos respeto a 2012, cuando ya este indicador daba síntomas de agotamiento en el año más duro de la crisis económica para España.
El curso 2014 comenzó a dar síntomas de recuperación en algunas autonomías, si bien otras siguieron sumidas en la tendencia negativa. Este aspecto conllevó a perpetuar esa ‘España de dos velocidades’ sanitarias que, grosso modo, hacen una división entre el norte y el sur de la península. Tras este ejercicio, 2015 protagonizó una recuperación generalizada con un único lunar: Galicia fue la única comunidad que siguió ajustando su inversión per cápita en un 10,37 por ciento. “Si se toma la información relativa a los presupuestos para la atención sanitaria pública que ofrece el Ministerio de Sanidad, se observa una evolución positiva del importe medio por habitante, que en 2015 se sitúa en los 1.232 euros, un 1,82 por 100 más que en 2014”, asegura el CES. Sin embargo, este incremento generalizado en la inversión per cápita no deja de lado las desigualdades e inequidades entre ciudadanos. Mientras que País Vasco cosechó aquel año un presupuesto de 1.584,73 euros, Andalucía se situaba en los 1.007,11 y Murcia en los 1.123,45.
El CES dibuja un escenario más halagüeño para 2016 pero donde persisten las diferencias autonómicas, agravadas en los años previos. Si bien es cierto que Andalucía tiene una previsión de crecimiento del 4,35 por ciento y País Vasco del 0,8, las diferencias siguen siendo notables entre ambas comunidades. “Este aumento marcaría una ruptura con el periodo de descenso que se registró en los años precedentes, que con mayor o menor intensidad supusieron una reducción de los recursos destinados a la protección de la salud en todas las comunidades autónomas. El País Vasco, Navarra y Asturias fueron las comunidades con presupuestos más generosos, en tanto que Andalucía, Valencia y La Rioja presupuestaron cantidades inferiores a la media nacional”, señalan desde el CES.
El gasto farmacéutico parece ver el fin de la travesía en el desierto que se ha cruzado en los últimos años. Esta partida, que constituye la segunda en importancia en el conjunto del gasto del Sistema Nacional de Salud, ha visto reducir su peso en la estructura merced a la política de racionalización. Desde 2010 ha descendido en más de un 20 por ciento, lo que ha supuesto que pase de representar un 19 a un 17 por cien del total. Sin embargo, 2015 dio un respiro a esta partida presupuestaria y, en comparación con el año anterior, tuvo un crecimiento del 1,85 por ciento. La subida fue generaliza en todo el territorio nacional —con la excepción de Galicia— si bien fue tímido, ya que el mayor crecimiento lo protagonizó Cantabria con un 6,05 por ciento. La buena noticia para la industria farmacéutica y las farmacias es que esta tendencia se consolida en 2016. Los últimos tres meses registrados por el ministerio, marzo, abril, mayo, registraron crecimientos del 3,48; 5,02 y 7,84 respectivamente. Aún con estos datos, es el propio Ministerio de Sanidad el que cifra en 6.031 millones de euros el descenso de esta factura en comparación con 2011.
Esta recuperación tiene una explicación que se argumenta en el incremento del número de recetas facturadas más que en un incremento del precio de los medicamentos. Según los datos del Ministerio, recopilados por el Consejo Económico y Social, 2015 supuso, en comparación con 2014, un incremento del 1,55 por ciento en este primer indicador y un 0,3 en el segundo. Además, con los datos ya conocidos de 2016, esta tendencia consolida e, incluso, aleja el fantasma de que el copago cercena la compra y el acceso a los medicamentos.
El Consejo Económico y Social comenzó a ver ‘brotes v erdes’ en 2015 que se asientan durante este ejercicio
Castilla- La Mancha, Cataluña y Extremadura son las únicas comunidades que no invertirán más recursos