| viernes, 03 de febrero de 2012 h |

La Fundación Bill & Melinda Gates auspició la semana pasada la puesta en marcha de una nueva iniciativa para tratar de poner fin a una decena de enfermedades que afectan fundamentalmente a los países tropicales, todo ello con la intención de contribuir a que se cumplan los objetivos marcados por la OMS en este ámbito de cara a 2020. Para conseguirlo, será preciso el compromiso de las grandes compañías farmacéuticas, que mostraron su predisposición a colaborar en un acto celebrado en el Royal College of Phsicians de Londres.

El compromiso implica la prolongación de los programas de donaciones que ya tienen en marcha algunas de las compañías y la iniciación de algunos más, hasta llegar a los 14.000 millones de tratamientos a lo largo de esta década. Para ello, los laboratorios contarán con la cooperación del Banco Mundial y los gobiernos británico y estadounidense, a través de sus organismos para el desarrollo internacional (UKAID y USAID), así como un gran número de fundaciones y gobiernos de los países más afectados por las enfermedades tropicales olvidadas.

Como resultado del encuentro, se promulgó la Declaración de Londres contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas, a la que se adhirieron trece laboratorios: GSK, Merck, Novartis, Johnson & Johnson, Abbott, Pfizer, Bayer, Gilead, Bristol-Myers Squibb, MSD, Eisai, Sanofi, AstraZeneca, así como la Federación Internacional de Fabricantes de Medicamentos (Ifpma) y la española Chemo, a través de su fundación Mundo Sano.

A este respecto, compañías como GSK han optado por unirse a la iniciativa con la promesa de proveer unas 400 millones dosis anuales de albendazol, una molécula que sirve para erradicar la filariasis linfática (elefantiasis) y la helmintiasis (causada por gusanos intestinales), a los países que lo necesiten de aquí a 2020. Según Andrew Witty, consejero delegado de la farmacéutica británica, GSK volverá a jugar un papel activo no solo en la provisión sino en “el desarrollo de tratamientos nuevos y mejores para las enfermedades tropicales olvidadas”.

Multiplicar los esfuerzos

Otro laboratorio que también quiere comprometerse con esta iniciativa es Merck Serono, la división biotecnológica de la alemana Merck. Su intención es la de multiplicar por diez su aportación anual de praziquantel, la terapia más eficaz para las infecciones por esquistosomiasis. Actualmente, su donación es de 25 millones de comprimidos cada año, y la idea es facilitar el acceso a 250 millones anuales de aquí a 2020. “Un equipo de proyecto está trabajando estrechamente con la OMS para determinar cómo alcanzar el objetivo fijado. Tendremos que aumentar la capacidad para cumplir con nuestro nuevo compromiso”, señaló Stefan Oschmann, presidente de la firma.

Entre los participantes destacados también estará Novartis, que ya ha anunciado que alargará su compromiso con la OMS hasta 2020 para tratar de eliminar los problemas relacionados con la leprosis, con una contribución cifrada en los 22,5 millones de dólares que servirá para tratar a unos 850.000 pacientes usando terapias múltiples (MDT). Y, en un rango similar de importancia, se sitúa la promesa de aportación de Johnson & Johnson, que ampliará su compromiso para suministrar 200 millones de dosis anuales de mebendazol desde 2015 a 2020. Entre las farmacéuticas que pondrán su granito de arena para cumplir con el objetivo de la OMS también estará la española Chemo, que anunció que extenderá también hasta el final de esta década su apoyo para la erradicación del Chagas y la parasitosis en América Latina, donde ya trabaja a través de su fundación Mundo Sano.

Además de las donaciones de medicamentos, entre los términos acordados y que se plasmaron en la Declaración de Londres contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas, se incluye el intercambio de datos entre las compañías para avanzar en la investigación de nuevas moléculas para tratar las enfermedades olvidadas, así como la inversión de 785 millones de dólares adicionales para el desarrollo de estos programas.