El Congreso Nacional de Bilbao ratificó que, a pesar de los recortes, la ambición de los profesionales por aportar soluciones sigue intacta
“Los farmacéuticos ya se han sacrificado bastante y no sólo pueden sacrificarse siempre los mismos”, afirmó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna
ALBERTO CORNEJO
Bilbao
“Los farmacéuticos ya se han sacrificado bastante y no se puede pedir siempre sacrificio a los mismos”. Con estas palabras inauguró el alcalde de Bilbao, Inaki Azkuna, el XVII Congreso Nacional Farmacéutico que del 20 al 22 de octubre acogió la capital vizcaína. Un parecer de especial consideración, ya que lejos de ser un guiño al tendido, en el cual se encontraban más de 600 farmacéuticos que ovacionaron esta opinión, Azkuna recordó que se trataban de “creencias con verdadero conocimiento de causa”, ya que él ostentó en el pasado la cartera de Sanidad del País Vasco.
Este mensaje se pronunció en la conferencia inaugural, pero bien podía haberse realizado en la clausura. Y es que, las menciones a los ‘pellizcos’ que la Administración da a esa tarta que es la farmacia y sus efectos en el día a día de las 21.000 oficinas nacionales fueron continuas a lo largo del evento. Así, al hablar de la cartera de servicios, se aludía a la “más necesaria ahora” retribución de los mismos como compensación. Si se hablaba de receta electrónica, se denunciaban las inversiones íntegras y exclusivas en equipos que debían realizar las farmacias sin ayuda alguna. Si se hablaba de farmacia rural, salía a la palestra la especial incidencia de los últimos reales decretos leyes, el 4/2010 y el 8/2010, sobre este colectivo.
Por todo ello, la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Carmen Peña, expresó un deseo ante la presencia del director general de Farmacia del Ministerio de Sanidad, Alfonso Jiménez. “El deseo que tienen los profesionales de poder vivir una época de certidumbre económica y legal que permita avanzar en los retos y proyectos de futuro de la profesión, una ilusión que, a pesar de la negativa situación que atraviesan las farmacias, sigue intacta”, afirmó.
Precisamente, si algo quedó claro en el transcurso de las jornadas, además del consabido descontento con los recortes, fue que “el compromiso de las boticas con el paciente no es una declaración de intenciones sino una constatación de la realidad”, tal y como manifestó Virginia Cortina, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Vizcaya, coorganizador del evento.
Reconocimiento ministerial
En este sentido, fue el propio Alfonso Jiménez quien resaltó “el liderazgo de los farmacéuticos en el uso adecuado de los medicamentos, el seguimiento de los tratamientos y en la detección de los efectos adversos”. Una consideración que, según él, también tiene de cara al exterior. A este respecto, Shalom Isaac Benrimoj, profesor de la Universidad de Granada y experto en Atención Farmacéutica internacional, afirmó que “la diferencia positiva entre la atención que recibe un paciente en las farmacias españolas respecto a cualquier otro país es abismal”. Y es que, para él, “la cultura de la cercanía” es el santo y seña de la farmacia española.
Por otro lado, durante el congreso se destacó el liderazgo de la farmacia nacional en la lucha contra las falsificaciones de medicamentos en Europa, tal y como expuso el secretario general de la patronal farmacéutica europea (PGEU), John Chave, en la mesa redonda que analizó cómo abordar este mercado fraudulento. Un campo en el que bajar la guardia puede suponer echar por tierra todo lo conseguido hasta ahora. “El control y la seguridad de los medicamentos pueden verse amenazados con la aparición y proliferación de otras vías como Internet”, señaló Ana Aliaga, secretaria general del Consejo General.
Crisis y oportunidad
Por otro lado, y a pesar de que la crisis afecta indudablemente a la economía del sector, para Peña también “implica una oportunidad profesional”. Así, la presidenta de la máxima institución farmacéutica española afirmó que los momentos de incertidumbre que viven las farmacias no han restado un ápice a la ambición de estos profesionales, “y una vez más han tomado la iniciativa en ofrecerse como solución”. ¿Un ejemplo? Las novedades que todas las vocalías nacionales presentaron a lo largo del evento.
Asimismo, la presidenta de los farmacéuticos recalcó que la farmacia también es sabedora que el camino no puede andarse en solitario. Por ello, afirmó que “ahora la unión con otros agentes de la cadena como la distribución es más necesaria que nunca”. Un mensaje que, por ejemplo, fue recibido por los mayoristas de la distribución, que durante el congreso también reclamaron “una época de certidumbre que dé factibilidad a proyectos de presente y futuro”, como así se señaló la directora técnica de Cofares, Luz Lewin, en la mesa redonda, “La distribución farmacéutica: más necesaria que nunca”.
Nueva etapa, ¿vida nueva?
Quien sabe si la nueva etapa que se acaba de abrir en el Ministerio de Sanidad ayudará o dificultará la llegada de esa época de certidumbre económica y legal que reclama el sector farmacéutico. En este sentido, cabe destacar que el congreso, cuya próxima edición se celebrará en 2012 en Cantabria, empezó con Trinidad Jiménez como ministra y fue clausurado ya con Leire Pajín como máxima responsable de la Sanidad nacional.
Sin embargo, a pesar de este importante cambio para el colectivo farmacéutico, las referencias oficiales durante el congreso fueron inexistentes. Otra cosa muy distinta fueron los comentarios que se produjeron en los pasillos del Palacio Euskalduna nada más conocer la noticia del nombramiento de Pajín como ministra de Sanidad.
¿Cuál fue el tono general de estos comentarios? Se podrían resumir en una mezcla de sorpresa y escepticismo. Una sorpresa de la que ni siquiera se libró el director general de Farmacia que, durante la conferencia inaugural, cuando ya se había producido el anuncio oficial del relevo, excusó la ausencia en este congreso de “nuestra ministra Trinidad Jiménez”.
Estrategia de cara a 2020
Los sistemas sanitarios presentan hoy serios riesgos de sostenibilidad. El agotamiento de los recursos económicos, la falta de profesionales sanitarios y el envejecimiento de la población hacen vislumbrar un panorama muy negativo de cara a la próxima década. Unos vaticinios que pueden ser paliados, en parte, si las administraciones hacen un mayor ‘uso’ de los farmacéuticos como solución a estos inconvenientes. O, lo que es lo mismo, desarrollar la denominada práctica colaborativa farmacéutica, como así se apuesta desde la Federación Internacional Farmacéutica (FIP).
Si hay que reducir costes, “¿qué mejor que confiar en el farmacéutico para evitar efectos adversos o mejorar la eficacia de los tratamientos?”, indicó Tom Hoek, secretario de la FIP, en la conferencia “Estrategia mundial de la Farmacia: visión 2020”. Asimismo, si hay falta de profesionales sanitarios y se necesita potenciar la atención primaria, “¿qué mejor que apoyarse en el farmacéutico por su cercanía al paciente y profesionalidad”, tal y como recordó Carmen Peña, vicepresidenta de la federación. En el tercer vértice del problema, el envejecimiento de la población, la farmacia ya muestra a día de hoy su compromiso en la atención al colectivo mayor, generalmente polimedicados y que, por tanto, más costes pueden generar, pese a que, como cree Peña, “aún se puede seguir avanzando”.
De esta forma, el objetivo en el que trabajar en próximos años es integrar al farmacéutico en los equipos multidisciplinares. Unos años en los que se presentan, como concluyó Hoek, “muchas oportunidades para el farmacéutico, aunque en el éxito también depende que el farmacéutico adapte su mentalidad a ello”. A este respecto, los farmacéuticos ya han tomado la iniciativa y han extendido su mano. De ahora en adelante, diez años para que las administraciones recojan el guante.