De los 415 millones de personas que padecen diabetes en todo el mundo, se pasará a unos 642 millones en 2040 si no se pone remedio y se trata de invertir la situación. Asimismo, el 12 por ciento del gasto mundial está destinado a esta patología, a causa de la cual fallece una persona cada seis segundos.
Datos puestos sobre la mesa por el presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE),Andoni Lorenzo, quien incidió en la importancia de focalizar los esfuerzos hacia la educación diabetológica y la necesidad de actuar tanto en prevención, como en atención y en vigilancia con este colectivo.
En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), Edelmiro Menéndez, subrayó durante el debate sanitario ‘La diabetes, protagonista en el Día Mundial de la Salud’, que se debe contar con profesionales que tengan “conocimientos especializados” sobre esta enfermedad, ya que son quienes pueden promover la educación terapéutica. “Esta hace que los pacientes sean más libres y tengan una mejor calidad de vida”, aseguró, al tiempo que agregó que “se debe potenciar la figura de los educadores en hospitales, ambulatorios y también en atención primaria”.
¿Cómo conseguir más enfermeras educadoras en diabetes?, ¿cómo buscar un reconocimiento de esa formación? “Sin esta educación, el tratamiento no sirve de nada”, recalcó Mercedes Galindo, asesora en Educación Terapéutica de la Fundación para la Diabetes.
Normativa
Aparte, se habló de la necesidad de que exista una normativa que obligue a los centros educativos a que haya, al menos, una enfermera que se responsabilice de la atención de los niños diabéticos.
Por ahora, precisó Lorenzo, hay unas ocho comunidades —Madrid, Cataluña, País Vasco y Comunidad Valenciana, entre otras— que cuentan con protocolos que regulan esta situación, pero el resto “no tienen nada”.
Finalmente, José Luis Villanueva, jefe del Servicio de Asociaciones de Pacientes de la Consejería de Sanidad de Madrid, aseguró que la clave para avanzar en esta materia y mejorar en su prevención es tener unos “hábitos de vida saludable”.
1 Contemplar la prevención como eje clave para el control de la diabetes y de sus graves consecuencias. La diabetes tipo 2 se puede prevenir en un elevado porcentaje de casos.
2 Incluir la prevención de enfermedades infecciosas entre las tradicionales medidas preventivas, al demostrar su beneficio en la mejora de la calidad de vida de las personas con diabetes.
3 Considerar la implementación de programas de prevención en grupos de riesgo como una inversión en salud. Mejoran el estado de salud y reducen el coste del tratamiento.
4 Compromiso de las personas con diabetes con el cuidado de su salud y la adopción de todas aquellas medidas preventivas que eviten incrementar los gastos directos e indirectos.
5 Equidad y calidad de los servicios asistenciales y medidas preventivas eficaces. Romper con las desigualdades entre las CC.AA. a la hora de acceder a tratamientos y medidas preventivas.