carlos b. rodríguez
Madrid
Los recelos contra la participación de la industria farmacéutica en la información directa de medicamentos al consumidor (DTC) son cosa del pasado. La propuesta incluida en el denominado ‘paquete farmacéutico’ cuenta a grandes rasgos con el beneplácito de ONG y autoridades comunitarias y va dando forma, poco a poco, a algo que parecía imposible: llegar a un modelo europeo de información al paciente en medicamentos de prescripción.
¿Puede el Foro Farmacéutico incluir a los pacientes? Ésta fue la gran pregunta en torno a la que se celebró recientemente una conferencia en Bruselas, que fue organizada por la Comisión Europea y el European Patient Forum (EPF), institución que engloba a 38 organizaciones no gubernamentales. La respuesta fue un aplastante ‘sí’. El principal objetivo de esta cita, que reunió a una total de 130 ONG de pacientes y otros agentes comunitarios, era explorar críticamente los resultados del ‘paquete farmacéutico’. Además, se presentaron experiencias concretas para ilustrar cómo esas conclusiones pueden trasladarse a la realidad.
Desde el principio, el más difícil todavía giraba alrededor de la posibilidad de permitir a las compañías farmacéuticas facilitar a los usuarios información sobre fármacos de prescripción. La desconfianza se ha superado por varios motivos. Para empezar, Europa tiene ahora mismo en la industria farmacéutica una de sus pocas ventajas competitivas desde el punto de vista de la política económica. Más allá, el menoscabo hacia este sector se debía a la influencia del modelo americano de DTC.
Lo que ha pasado en Europa es que, en lugar de preguntarse abiertamente qué modelo de información al paciente se quería, se ha partido de que era el estadounidense el que no se quería. A todo ello ha contribuido además la propia industria europea, poco proclive también al modelo americano. El consenso parte, por tanto, de que la industria, como un agente más de salud, debe tener derecho a informar sobre sus productos, si bien de manera regulada y con límites muy claros.
Las asociaciones de pacientes optan por trabajar esta propuesta para definir los límites entre información y publicidad. Tampoco hay que olvidarse, añaden, de que Internet existe, y que el modelo americano es por lo tanto accesible a cualquiera. “Tiene más sentido que organizaciones con una función social se encarguen de esos temas, en lugar de dejar a la gente libre por Google yendo a las webs americanas y encontrándose precisamente el modelo que durante tres años llevamos diciendo que no queremos”, afirma Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP).
Que la organización civil puede ser de ayuda lo demuestran ya alguna experiencia, como la demostrada por Suecia. Pero se trata al fin y al cabo de iniciativas sueltas, que además tampoco permiten contestar todas las dudas de los usuarios. “Es bueno que haya sitios acreditados en el que la gente pueda acceder a esa información básica”, añade Jovell.
Evaluación económica
Podría no ser el único ámbito en el que la participación de los pacientes se haga efectiva en la implementación del ‘paquete farmacéutico’. En el marco de las conclusiones sobre efectividad relativa, las ONG de pacientes y usuarios se muestran convencidos que los sistemas de evaluación no tienen sentido sin la implicación del destinatario final. La Comisión Europea tomó nota, y habrá acciones entre agencias y pacientes para implicar a éstos en los programas de evaluación.
El tercer apartado del paquete, el debate sobre precios y reembolsos, se saldó con una duda, la de si es posible la convergencia en esta materia, y una certeza, la de que los pasos se dirigen hacia los contratos de riesgo compartido.