El país ostenta una posición intermedia en atracción de investigación extranjera
Las economías emergentes suponen una amenaza por la calidad de su tecnología
i. fernández
Madrid
Aprobado en demanda, suspenso en oferta. España ostenta una posición intermedia en la competencia por la atracción de I+D+i internacional, pero nuestro país corre el riesgo de quedarse ahí, atrapado. En factores relacionados con el mercado, con la demanda, existen fortalezas y una gran capacidad para atraer investigación e innovación, pero en la oferta tecnológica española las debilidades frenan el avance para atraer y retener esa I+D extranjera.
Además, el posicionamiento de España puede verse agravado ante la amenaza de las nuevas economías emergentes, las cuales pasan de una estrategia asentada únicamente en costes hacia una estrategia híbrida más basada en la calidad de la oferta tecnológica. Así queda reflejado en las conclusiones del informe “Factores de atracción y retención de los centros de I+D de innovación de las multinacionales extranjeras en España”, elaborado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), que analizó a un total de siete multinacionales extranjeras que integran la Fundación I+E Innovación España.
Pero ¿cuáles son estos factores y qué características presentan en el entorno español? Diez son los aspectos considerados clave a la hora de atraer la actividad innovadora de las multinacionales, factores tanto de demanda como de oferta (ver tabla). Y, en cinco de ellos, España facilita la atracción de esa I+D internacional. Uno de ellos: el potencial y tamaño del mercado español. España es uno de los países europeos con una renta per cápita por encima de la media, lo que la convierte en un país atractivo para invertir.
Pero esta fortaleza tiene que ver más con el desarrollo que con la investigación. Por eso, en la atracción de la I+D farmacéutica extranjera el potencial de España podría ser perjudicial si se tiene en cuenta el sistema autonómico. El desarrollo de 17 sistemas distintos podría suponer un escollo en el desarrollo de la investigación y ensayos internacionales en este ámbito.
Otro factor clave, en el que despuntamos, es la disponibilidad de proveedores cualificados, así como la de personal cualificado. España cuenta con médicos, investigadores, hospitales o centros de investigación de calidad, que la convierten en un polo de atracción. Sin embargo, en cuanto a capacidad de atracción y retención de talento, factor relacionado con la oferta tecnológica, nuestro país flaquea. No destaca por encima de la media. Por tanto, la presencia de instituciones científicas españolas no supone ni un facilitador ni un obstáculo para la atracción de I+D+i extranjera hacia sus filiales españolas. El nivel de las instituciones es comparable al de otros centros europeos.
A esto habría que añadir otro factor relacionado con la oferta tecnológica española: la separación entre el mundo empresarial y el mundo científico/académico. Éste es uno de los puntos peor valorados. Se aprecia una desalineación de los objetivos del mundo científico y académico con los del entorno empresarial. Esta separación dificulta la transmisión de conocimiento y supone una debilidad del sistema de innovación español. Aunque, según el estudio, en los últimos años la comunicación ha mejorado y se ha reducido esa distancia.
Subvenciones directas
Donde sí destaca es en subvenciones directas del Gobierno como ayudas a la inversión en I+D+i. En general, las filiales españolas consideran que la política gubernamental en materia de investigación y desarrollo está alineada con los intereses fijados por las empresas, signo de fortaleza del sistema de innovación. De entre las diferentes ayudas, las preferidas por las filiales de multinacionales extranjeras son, precisamente, estas subvenciones directas que aseguran la transferencia de los recursos financieros directamente a los proyectos de I+D, que son a veces un factor decisivo para que el centro de I+D de la multinacional extranjera continúe en España. No obstante, también resaltan que las ayudas suelen ir dirigidas a pymes y microempresas.
Y aún quedan cosas por mejorar. Respecto a factores de incidencia moderada, España suspende en estabilidad macroeconómica y política; en la presencia de clusters geográficos; en el dominio de lenguas extranjeras; en la movilidad del personal científico; en el grado de flexibilidad del mercado; y en la burocracia de las administraciones públicas españolas en aspectos relacionados con actividades de I+D.