La compañías farmacéuticas iniciaron su adaptación a principios del siglo XXI
La industria farmacéutica es consciente de la situación económica pública
Carlos Arganda
Madrid
La industria farmacéutica está en proceso de cambio, pero no a causa de la crisis, ya que los cambios se iniciaron hace años debido a la ralentización del crecimiento del sector, la baja productividad de la I+D y la generificación de los portafolios, el incremento de las políticas de control del gasto y el ocaso de la era de los blockbusters, entre otros elementos que constituyen una crisis estructural de la industria farmacéutica. En este entorno del pasado reciente, la crisis ha actuado como catalizador, y acelera todos los procesos puestos en marcha.
Se trata de una idea en la que coincidieron los ponentes de la mesa sobre el modelo de crecimiento de la industria farmacéutica, moderada por Martin Heldt, director de consultoría de IMS, dentro del XII Foro de la Industria Farmacéutica organizado por el Instituto de Empresa e IMS Health, y en la que intervinieron Luciano Conde, director general de Almirall; Miguel Isla, director general de Pfizer; y Esteban Plata, director general de Abbott, que mostraron las estrategias que siguen sus respectivas compañías.
Conde llamó la atención sobre el déficit público que producirá el dinero utilizado para el rescate financiero, lo que hará que, por ejemplo, en Reino Unido el gasto farmacéutico pase de representar el 19 por ciento de los ingresos públicos al 24 por ciento, una vez descontado el paquete de rescate financiero. Para afrontar el futuro, Almirall se ha centrado en la “apuesta por la I+D y la internacionalización”, así como en la especialización en áreas terapéuticas concretas.
Pérdida de mercado
Por su parte, Isla expuso que en los próximos años, a causa de la presión sobre los presupuestos públicos y la pérdida de patentes, el mercado se contraerá. Así, indicó que en los próximos años se perderán 35.000 millones de dólares de ventas en Europa, pero según las previsiones, hasta 2012 las nuevas moléculas sólo aportarán a las compañías innovadoras 25.000 millones. Una compensación de “únicamente dos tercios del mercado perdido”, indicó.
Todas estas cuestiones han hecho que Pfizer se replantee su modelo de organización. Por ello, se ha organizado en grandes áreas que comparten especificidades útiles para la priorización de los procesos de I+D, con el objetivo de ganar en eficiencia en la investigación. Para ello, se ha apostado por la creación de pequeños centros de investigación focalizados a un área concreta, incluso con una organización federal que busca ‘partenariados’. Además, Isla estimó que la industria necesitaba adaptarse al entorno local, por lo que los modelos promocionales cambian y se diseñan específicamente para cada país.
Por su parte, Plata dibujó un escenario en el que la industria farmacéutica podría resultar beneficiada como motor del cambio de modelo productivo. “Es una buena oportunidad para reivindicar el papel de la industria farmacéutica”, señaló. Además apostó por dialogar con las administraciones para conciliar los intereses de ambas partes.
Por su parte, el director general de IMS Health, Gabriel Morelli, en su conferencia de presentación coincidió en el diagnóstico e indicó que el nuevo entorno requiere de “flexibilización” utilizando las “oportunidades del outsourcing”.