La crisis económica ha afectado negativamente a la I+D+i en casi todo el mundo. Solamente los países asiáticos emergentes parecen haber salido airosos. A este respecto, la crisis les ha permitido mostrar su dinamismo y parece que lo seguirán haciendo en el futuro. La mayoría de los países avanzados muestras signos de recuperación, aunque su futuro continúa siendo incierto.
Por el contrario, la crisis económica ha revelado la debilidad de los sistemas establecidos en el sur de Europa. Por ello, el futuro para España dependerá, según un informe de la OCDE, de una reestructuración económica más amplia que, aunque no sitúe la innovación en lo alto de la agenda política, garantice al menos su papel en el crecimiento de la economía.
La clave es que se produzca la evidencia de una reubicación de los recursos hacia negocios innovadores que, según las respuestas enviadas por España al cuestionario sobre Ciencia, Tecnología e Innovación de la OCDE, no se iban a producir hasta 2012, lo que le ha valido un puesto en el grupo de países cuyo gasto en I+D bajarán muy previsiblemente en el futuro. A nuestro país le acompañan Grecia, cuyos esfuerzos para invertir en investigación dependen directamente de los fondos europeos; Irlanda; Eslovaquia; y Eslovenia.
De esta manera, España sigue perdiendo posiciones en la comparativa de la OCDE que mide la posición relativa de los sistemas de ciencia e innovación de cada país. España no está entre los cinco primeros en ninguno de los 22 indicadores utilizados, y solo está por encima de la media en tres: gasto público en I+D; patentes logradas por universidades y laboratorios públicos; y facilidades para la creación de nuevas empresas. En el resto está por debajo de la media, llegando a situarse entre los cinco últimos países de la OCDE en número de patentes de firmas con menos de cinco años de antigüedad.
Empresas en la diana
De hecho, los indicadores en investigación privada no solo no mejoran, sino que se han visto seriamente tocados por la crisis económica. El informe señala que el gasto privado ya había caído a nivel global una media del 4,5 por ciento en 2009. Solo Francia y Corea del Sur capearon el temporal. Los débiles progresos de la recuperación económica únicamente permitirían pronosticar un crecimiento, si bien lento, en el gasto privado en I+D en los países del sur y el sureste del Europa.
El avance incierto de los países avanzados, incluyendo Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, ha sido bien aprovechado por las empresas de las economías asiáticas, que han aumentado su gasto durante la crisis: las firmas chinas invirtieron un 29,5 por ciento más en 2010; las indias y coreanas gastaron en I+D un 20,5 por ciento más que el año anterior.
Sin embargo, no todos los sectores se han visto afectados por igual. Así, la reducción de las ventas para compañías de alta tecnología en áreas como los equipamientos médicos fueron menores que en los sectores de media tecnología.
El paro
De todos los indicadores, los mayores retos del sistema español de ciencia y tecnología son dos: por un lado, la necesidad de incrementar la calidad de las publicaciones científicas y mejorar la contribución de la investigación pública a la economía.
Por otro lado, está el que es el principal problema de la economía española: el paro. En este sentido, la crisis no ha afectado tanto a los trabajadores altamente cualificados como al resto. Pese a ello, el desempleo a largo plazo se ha convertido en un serio problema en un grupo de países, entre los que están España, Estonia, Grecia, Portugal, Irlanda y Estados Unidos. En sectores como el biotecnológico, resalta la OCDE, un periodo de desempleo de larga duración puede provocar una pérdida de contacto con las últimas tecnologías y debilitar el capital humano del país.
El futuro para España dependerá, según un informe de la OCDE, de una reestructuración económica más amplia
Pese a todo la crisis económica no ha afectado tanto a los trabajadores altamente cualificados como al resto