| viernes, 12 de noviembre de 2010 h |

c. r.

Madrid

La crisis ha obligado al Gobierno vasco a adoptar medidas de ajuste, entre las que se encuentra la de no crear este ejercicio agencias ni institutos con financiación pública. Pese a todo, el departamento de Rafael Bengoa desea compaginar el cumplimiento de esta pauta con su voluntad de disponer de un órgano de asesoramiento independiente que evalúe la incorporación de tecnologías y fármacos. Por ello, ha desarrollado una propuesta de reorganización funcional para aprovechar los recursos disponibles en la Administración y en la red asistencial y potenciar sinergias, que se orienta hacia lo que pudiera ser un embrión de la futura agencia vasca de efectividad comparada.

El cambio es más formal que otra cosa. Bengoa no ha renunciado a esta herramienta porque, a su juicio, la necesidad que le llevó a anunciarla todavía existe: aparecerán nuevas tecnologías y medicamentos y se hace necesaria una mayor información sobre la eficacia clínica relativa y el costo efectividad de los tratamientos, así como el establecimiento de un órgano informativo/consultivo que ayude a dar más transparencia a la toma de decisiones.

Con su nueva estructura, el objetivo de la Unidad de Efectividad Comparada será el de elaborar informes evaluativos basados en la revisión de la mejor evidencia disponible, para ayudar en la toma de decisiones con el fin de lograr unos servicios de salud efectivos. La iniciativa cuenta ya con unas bases de funcionamiento, una propuesta de composición y funciones y una definición de áreas potenciales de trabajo.

Con el fin de lograr el máximo de eficiencia, se buscará la colaboración con los recursos humanos del departamento y de Osakidetza, para establecer nexos y equilibrios entre actividades. Además, se establecerán alianzas y colaboraciones con Osakidetza, las universidades y otras instituciones o entidades.