Diana Ruiz, que acaba de ser elegida vocal de AP del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), insta a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y de la Acreditación (Aneca) a modificar los criterios de acreditación del profesorado para facilitar la entrada de los médicos de AP.
Pregunta. ¿Qué retos se plantea al frente de la vocalía?
Respuesta. Trabajar para que la AP tenga más prestigio y reconocimiento, principalmente en el ámbito universitario en el que he podido observar personalmente el desconocimiento de la importancia que tiene este nivel asistencial. Igualmente, empezando con mucha ilusión, me gustaría también ayudar a dignificar su papel como puerta de acceso y fundamental en el SNS y que los estudiantes tengamos un papel activo en este proceso. Es primordial que seamos los primeros en concienciarnos de la importancia que tiene y su repercusión.
P. ¿Cuál es la situación de la AP en las facultades?
R. No hay órganos docentes específicos y muy pocos médicos de AP están acreditados para la docencia. Además, pese a que la mayoría se ha incorporado de una u otra forma a la docencia práctica de esta especialidad, muy pocas establecen la teórica mediante una asignatura obligatoria. Algo que tiene tanta importancia en el sistema sanitario, apenas tiene repercusión en el proceso educativo, y es algo que nos resulta totalmente incomprensible.
P. ¿Cómo puede prestigiarse?
R. Fomentando la docencia y la presencia de médicos de AP como parte del profesorado, por tanto, aumentando la carga de la primaria en el currículum formativo del estudiante de Medicina y, desde el consejo y la vocalía, aprovechando nuestra presencia en las universidades. Queremos llevar a cabo campañas informativas y de promoción de la primaria, y para ello estamos trabajando de forma conjunta con la Organización Médica Colegial y las distintas sociedades. Además, consideramos que el fomento de la investigación en AP, aparte de repercutir directamente y de manera positiva en la salud de la población, permitiría mayor acreditación del profesorado y mejor implantación en las facultades.
P. MFyC es de las últimas especialidades en cubrir sus plazas MIR, de hecho, este año no se cubrieron todas, ¿cómo puede solucionarse este problema?
R. La base del problema es la sorprendente falta de información de los estudiantes y la escasa consideración de la especialidad que actualmente existe en nuestras facultades. La MFyC supone aproximadamente el 30 por ciento de las plazas ofertadas y, aún así, es de las que menos se solicitan y de las que se escogen más tarde, entonces, creemos que es importante que las facultades empiecen a considerarla como lo que es, el pilar fundamental del sistema sanitario.
P. Aunque todas las recomendaciones pasan por incrementar el número de médicos de familia y la Comisión Nacional de la especialidad pidió un aumento de las plazas MIR, volvieron a reducirse en la última convocatoria, ¿qué opina CEEM al respecto?
R. Reducir las plazas de esta especialidad cuando los estudios muestran que en los últimos años ha aumentado el número de consultas y, por tanto, las necesidades de salud de la población, es un gran error y con esto sólo se consigue aumentar la presión y la carga de trabajo a esos profesionales y disminuir, por tanto, la calidad asistencial.
P. Pocos médicos de AP son profesores de universidad, ¿debería cambiarse los criterios para que accedan más profesionales a estas plazas?
R. Por parte del CEEM consideramos no sólo que es un problema a resolver, sino que es necesario trabajarlo con carácter de urgencia para acabar con las tendencias que hemos visto en los últimos años. Actualmente, los criterios no son adecuados para la situación real del médico de AP y deberían adaptarse para facilitar su entrada al ámbito de la docencia universitaria, y es con este fin nosotros instamos a la Aneca a abrir un proceso de reflexión y debate sobre estos criterios.
P. ¿En qué medida afectará la troncalidad a la formación de los futuros médicos de AP?
R. Creemos que la troncalidad no está bien definida y, por lo tanto, resulta difícil valorar cómo va a afectar a la AP. Con respecto al efecto que podría tener sobre la especialidad de MFyC, pensamos que empeoraría la tendencia que se ha observado en los tres últimos años de ser la última y la menos escogida, ya que la doble elección llevaría que quedara en mayor grado relegada a los estudiantes que no han conseguido plaza en la especialidad que querían y que aceptarían MFyC ante la dificultad que supondría volver a hacer el tronco para acceder a la especialidad que en un principio querían, y así sólo se consigue disminuir aún más la vocación de los médicos de AP.