carmen sandianes Madrid | viernes, 07 de febrero de 2014 h |

Apenas han pasado un par de meses desde que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid anunció la implantación de la receta electrónica (e-receta) y las mejoras no se han hecho de rogar. Este nuevo sistema informatizado, y que ha contado con la colaboración del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, busca facilitar a médico y farmacéutico estar en contacto directo en todo lo relacionado con la prestación farmacéutica. Esta fue una de las ideas que se expusieron durante la reunión organizada por el Grupo Contenidos, patrocinada por Teva.

En este sentido, la subdirectora de Compras de Farmacia de la Consejería de Sanidad de Madrid, Encarnación Cruz, resaltó que “el modelo específico de la e-receta se basa en la comunicación entre el médico y el farmacéutico” y esto permitirá que esta relación “mejore mucho”. A pesar de que Madrid es una de las comunidades autónomas que más tiempo ha tardado en poner en marcha este sistema de gestión y dispensación de recetas, Cruz defiende que el haber sido de los últimos ha permitido aprender mucho del resto de autonomías.

A su vez, el secretario general de la Federación Empresarial de Farmacias Españolas (FEFE), Luis de Palacio, incidió en la gran inversión que supone para la administración y la industria farmacéutica la e-receta.

No obstante, no dejó pasar la oportunidad de subrayar que la implantación de este sistema en Madrid no está exento “de problemas técnicos y de servidor”. En cualquier caso, según explicó, “en la medida en que la receta electrónica sea mejor, evidentemente, vamos a poder operar más con ella”. Con todo, hubo un sentimiento unánime sobre la aportación que puede hacer la e-receta al Sistema Nacional de Salud (SNS). En líneas generales, todos se mostraron satisfechos con esta medida, aunque reconocieron que su manejo no siempre es sencillo.

En cualquier caso, Cruz informó de que, desde que entró en vigor, se han dispensado ya casi el ocho por ciento de los envases y el 30 por ciento de los centros de salud madrileños ya tienen esta herramienta digital instalada, lo que permite a más de dos millones de habitantes acceder a sus recetas con este modelo.En relación con las oficinas de farmacia, la subdirectora apuntó que “están muy alineadas con la administración, no solamente en aspectos económicos” y destacó que Madrid tiene iniciativas “punteras” tanto a nivel nacional como europeo, en las cuales la seguridad cobra un gran protagonismo.

Finalmente, recordó que farmacias y médicos están colaborando “muy activamente” en la implantación y desarrollo de este sistema y resaltó que la participación que están teniendo “es muy importante”.

Medicamentos EFG

El debate también profundizó en el uso de medicamentos genéricos en la comunidad autónoma. Cada vez se dispensan más medicamentos genéricos, aunque también surgen más debates sobre las razones que hay para prescribir por marca o por principio activo. El director de Relaciones Institucionales de Teva, Rafael Borrás, lo tiene claro: Los genéricos suponen una manera de preservar la sostenibilidad del sistema y se crearon con un objetivo de ahorrar costes y en este ámbito, “Madrid es un referente”, explicó. “A nivel de sostenibilidad está entre las tres comunidades autónomas con el precio más bajo por receta”, apostilló.

En ese sentido, Cruz indicó que los EFG “son fármacos de reconocida experiencia, seguridad y eficacia” y que tras más de diez años en el mercado se conoce casi todo acerca de sus efectos secundarios, pero uno de los problemas es que el tema del genérico se está “pervirtiendo” al enfocarlo exclusivamente a aspectos económicos. A este respecto, todos los participantes aprovecharon para rechazar la existencia de marcas EFG.

Desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), su presidente, Carlos Macaya, se mostró escéptico ante la aparente similitud de precios y principios activos entre fármacos de marca y genéricos. “No entendemos, por ejemplo, que un paciente que lleva tomando diez años un tratamiento, se le cambie a un genérico. No vemos qué sentido tiene, si no tiene al menos un sentido de ahorro”, precisó. Además, puntualizó, los profesionales tienen “siempre cierta desconfianza a la administración y a la dispensación, con vistas a la entrada de nuevos fármacos, porque efectivamente hay un freno a la prescripción”.

Lo más importante, destacaron los asistentes a la mesa de debate, es que los medicamentos se utilicen de modo responsable y se suministren a aquellos pacientes que realmente los necesiten sin incidir tanto en el aspecto financiero. España es uno de los países con un consumo de medicamentos muy por encima de la media. Muestra de ello es que, de acuerdo con Cruz, en Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP) “duplica o triplica la media europea. A su vez, Macaya afirmó que el aumento de IBP “a lo mejor no es malo”.

Sobre este particular, Macaya aseguró que son “conscientes de que hay que racionalizar su utilización porque cada año aumenta el número de pacientes polimedicados —aquellos que tienen de media 82 años y toman nueve principios activos diferentes en promedio—”. Igualmente, añadió, que esta situación “genera un daño al paciente mayor que el beneficio que se supone debe producirle”.