| domingo, 13 de septiembre de 2009 h |

Santiago de Quiroga

Una de las sanidades más descentralizadas que existen en el seno de la UE es la de España. Ha sido un acierto mencionar este hecho, que la descentralización con coordinación es muy positiva, por parte del secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, en declaraciones a EG. Olmos no ha querido entrar en la trampa-debate de si sería conveniente centralizar algunas competencias sanitarias para coordinar mejor la sanidad. En primer lugar sería difícil o incluso torpe mejorar lo que ya está yendo francamente bien: la coordinación ha sido y está siendo ejemplar. Ha tenido que llegar la gripe A/H1N1 para que el diálogo y las maneras que el secretario general desplegó en tiempos de Elena Salgado —y tan poco resultado tuvieron— para que una inteligente Trinidad Jiménez aproveche como capital ‘en reserva’.

Las cosas no ocurren por casualidad: el diálogo es fruto de la política que desarrolla ahora el ministerio, y que ha venido como un soplo de aire fresco a un sector cuya batalla política auguraba continuar. Hay que celebrarlo. Y es que los que hace poco hablaban de ceder competencias (consejerías de diverso signo político) no podían pensar que fueran capaces de trabajar conjuntamente. Ahora toca esperar que este hábito de trabajar estrechamente entre comunidades y ministerio continúe tras la gripe. ¿Lo aprovechará el pacto?