carlos b. rodríguez
Madrid
No importa tanto que el gasto medio crezca. Si el número de recetas se mantiene controlado, se hace lo propio con el gasto farmacéutico. El atípico comportamiento de la factura pública de medicamentos en el mes de enero se ha convertido en el mejor argumento del sector ante el Ministerio de Sanidad de cara a otro posible recorte de precios y márgenes.
El primer mes del año, el gasto farmacéutico creció un 0,77 por ciento en la media del Sistema Nacional de Salud. Cinco comunidades empezaron el año con incrementos negativos, especialmente notables en el caso de Cataluña y Galicia (-4,50 y -4,14 por ciento, respectivamente). Y en esta ocasión no ha sido responsabilidad del gasto medio. O al menos exclusivamente. Esta variable se mantiene en unos valores de crecimiento moderados, si bien en enero creció un 2,36 por ciento. Es uno de los crecimientos más elevados de los últimos años, solo superado por los meses de febrero, marzo y abril de 2008, pero no la principal novedad del gasto de enero. Sí que se podría calificar de histórico, en cambio, el hecho de que el número de recetas haya crecido en términos negativos un 1,55 por ciento. Un dato que solo ha sido superado en los últimos siete años por el mes de abril de 2006, cuando las recetas se redujeron en un 4,43 por ciento.
El comportamiento del gasto medio tiene su explicación en el hecho de que en enero no se ‘sufrió’ el efecto de los precios menores, algo que sí ocurrió el primer mes de 2009. Se trata, por lo tanto, de una situación coyuntural, que previsiblemente sufrirá un gran correctivo en el mes de mayo, cuando entren en vigor los nuevos precios de referencia, los precios menores y se active también el conjunto de atorvastatina. No en vano es el principio activo de mayor venta en España ya que, según datos de 2008 tuvo una cuota de mercado cercana al 4,5 por ciento en valores y más de 500 millones de euros.
Variabilidad
Otra razón que podría animar a pensar que ha llegado la hora de afrontar medidas de la demanda y no de la oferta es, en cambio, el gran desfase que caracteriza al número de recetas. Mientras que el gasto medio se mueve en una horquilla que no llega a los cuatro puntos de diferencia, como resultado del sistema de precios de referencia y las políticas autonómicas, el número de recetas facturadas muestra diferencias difíciles de explicar de hasta casi 14 puntos entre Galicia (que facturó un 7,17 por ciento menos de recetas con respecto a enero de 2009) y Canarias (que facturó un 6,97 por ciento de recetas más).
El caso de Galicia, que desde hace meses potencia la prescripción de genéricos como medida de ahorro, es el mejor ejemplo del peso e influencia de cada variable en la factura total. Sobre este aspecto, destaca que lideró en enero el crecimiento negativo en número de recetas, aunque su gasto medio fue uno de los que más creció (un 3,26 por ciento). Incluso Baleares, con el mayor incremento del gasto medio (un 5,13 por ciento) consiguió que su factura farmacéutica sólo creciera un 3,07 por ciento gracias a su número de recetas: casi un 2 por ciento inferior al de enero de 2009.