carlos b. rodríguez
Madrid
“No se podía dar un paso atrás y el Gobierno ha sido sensible a las peticiones de la industria, en un momento en el que hay que poner toda la carne en el asador para estimular el desarrollo de sectores intensivos en investigación”. Con estas palabras valoró Javier Urzay, director de Coordinación y del Departamento de Servicio al Asociado de Farmaindustria, el anuncio de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, de que el mantenimiento de las deducciones fiscales por actividades de I+D en el Impuesto de Sociedades más allá de 2011 será recogida “de forma inminente” en un decreto del Ministerio de Economía y Hacienda.
El anuncio de la eliminación de este límite temporal, en el marco de un acto organizado por la CEOE para presentar los nuevos instrumentos financieros del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industria (CDTI) de apoyo a la I+D empresarial, responde a una demanda de todo el tejido empresarial. Farmaindustria en concreto ha abogado siempre por la importancia de estos incentivos, y así lo ha transmitido en múltiples ocasiones directamente a diversos ministerios y a través de la CEOE.
Los datos de que dispone el Ministerio de Ciencia redundan en esta idea. En el último ejercicio, los incentivos fiscales han beneficiado a más de 3.200 empresas innovadoras, con un importe cercano a los 320 millones de euros. Una medida que Ciencia complementará con los incentivos ya existentes para la contratación de personal investigador vía exenciones en las cuotas de seguridad social.
El marco fiscal y laboral es uno de los cuatro ejes en torno a los cuales giran las reformas ministeriales acometidas en el ámbito de la I+D empresarial. Los otros tres pasan por la implantación de nuevos instrumentos de financiación; mejoras en los actuales para adaptarlos a la actual coyuntura económica y facilitar que la actividad innovadora de las empresas no se vea afectada por la crisis y la simplificación administrativa. Sobre este esquema se alza el CDTI, convertido desde ahora en la “ventanilla única” del ministerio para la I+D+i de las empresas.
Hacia el nuevo modelo
No son las únicas medidas que han acercado un poco más el sueño del Ministerio de Ciencia de caminar hacia un nuevo modelo, especialmente en la investigación sanitaria. Un día después de lanzar sus propuestas para el sector privado, la ministra, acompañada del secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez, y del director del Instituto Carlos III, José Navas, entregó los primeros cinco diplomas a los institutos acreditados por el ISCIII.
En un acto de marcado carácter institucional, que reunió también entre otros a la directora general de Farmacia, María Teresa Pagés, y a las consejeras de Salud de Cataluña y Andalucía, Marina Geli y María Jesús Montero, respectivamente, Garmendia resaltó la necesidad de promover la investigación traslacional, muy especialmente en el ámbito de la biomedicina. “Estamos en las mejores condiciones para dar un salto cualitativo en ese ámbito”, añadió.
Este modelo, sin embargo, exige primero dar respuesta a dos retos. El primero es que el esquema de relaciones entre la investigación clínica y la básica debe ser capaz de agregar capacidades e integrar progresivamente a universidades, organismos públicos de investigación, centros privados de investigación y empresas. El segundo es que, dado el actual mapa de competencias, es necesaria una mayor integración entre las políticas y actuaciones del Estado y las comunidades. “Junto a este proceso, es preciso avanzar también en la colaboración interterritorial”, apuntó Garmendia.
Los nuevos institutos de investigación, pieza clave del plan de impulso de la biomedicina que lidera el Carlos III para acelerar la investigación traslacional, son sólo el primer paso en un proceso que, según Ciencia, debe incorporar también a los clusters universitarios, las alianzas públicas regionales y los bioclusters o biorregiones.
Cofinanciados por las autonomías y el Ministerio de Ciencia, que les destinará seis millones de euros en este ejercicio, estos institutos son sólo una de las medidas que inspiran el plan de acción del Carlos III. Junto a ellos están los Caiber (dotados con 11 millones para 2009) o las acciones para fortalecer la I+D en hospitales: el programa de biobancos (seis millones de euros) y la red de grupos de innovación en tecnologías médicas (3,5 millones).
Entre el resto de medidas destaca también el incremento presupuestario que recibirá el Carlos III fruto del Plan-E: 44,8 millones que se suman a los 325 de los que ya disponía el instituto para este año.