REDACCIÓN
Bruselas
El nuevo proyecto de directiva comunitaria sobre farmacovigilancia, que presumiblemente se convertirá en realidad el 21 de septiembre, cuando sea adoptada por el Europarlamento, convence tanto a farmacéuticos como a pacientes. Así lo pusieron de manifiesto tanto el Grupo Farmacéutico de la Unión Europea (PGEU) como el Foro Europeo de Pacientes (EPF), que el pasado 15 de septiembre manifestaron en un encuentro celebrado en el Parlamento Europeo que esta directiva abre una puerta y es una “oportunidad para que los farmacéuticos y los pacientes trabajen juntos de forma más eficaz para, de este modo, mejorar la seguridad de la medicación”.
A este respecto, el presidente de GPEU, Filip Babylon, quiso resaltar la importancia del papel que desempeña el profesional farmacéutico a la hora de alertar sobre los efectos adversos de los medicamentos. “Los farmacéuticos tienen un papel clave en la notificación de reacciones adversas a los medicamentos y para ayudar a los pacientes a entender su importancia”, afirmó. Y es que, según el máximo representante de la PGEU, “los farmacéuticos suelen entrar en contacto con muchos grupos de pacientes, como los niños, ancianos y polimedicados que no toman parte en ensayos clínicos”.
Por ese motivo, Babylon consideró que la nueva directiva significará un paso adelante en el campo de la farmacovigilancia. “Creo que la nueva directiva es un paso significativo en la creación de una base para una colaboración eficaz entre los farmacéuticos y los pacientes en el área de seguridad de la medicación”, indicó
Por su parte, el presidente de la EPF, Anders Olauson, coincidió con su homólogo en la PGEU al destacar la relevancia de esta nueva directiva para el colectivo de pacientes. “Los pacientes damos la bienvenida a las propuestas relativas a la notificación directa por parte de los pacientes y al acceso más amplio a datos de seguridad, ya que esto contribuye dar una mayor seguridad del paciente”, argumentó.
A este respecto, consideró que “debe verse como una parte del debate más amplio que se debe abrir en la Unión Europea acerca de dar más poder a los pacientes y educarles en salud, con el objetivo de mejorar la seguridad y calidad de la atención para todos los pacientes en toda la Unión Europea”.
La nueva directiva propone un marco de información más sólido para los farmacéuticos y profesionales de la salud, e introduce la transmisión directa por parte de los pacientes.