La coyuntura económica actual fue el acicate para que el ministerio de Sanidad comenzara a acometer recortes en el gasto farmacéutico hace dos años. Hoy, la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, aseguró durante la celebración en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (Santander) del curso ‘Biotecnología y Salud: Desde la ciencia y la tecnología al impacto socioeconómico’, en el que colabora Asebio, que “el sector biotecnológico es el motor industrial y el generador de conocimiento que queremos”. Por ese motivo, prometió destinar los recursos económicos que han conseguido ahorrar a este sector, al que calificó como “el futuro de la terapéutica”.
La denominada reinversión, ya anunciada por Agustín Rivero, director general de Farmacia de Sanidad, toma así cuerpo y objetivo. Transcurridos seis meses del Año de la Biotecnología, Farjas recordó que para que los medicamentos innovadores formen parte del abrigo del Sistema Nacional de Salud (SNS) deben contribuir al Producto Interior Bruto (PIB). En este sentido, ha reconocido que el sector de la biotecnología “ya significa el 7 por ciento del PIB, por lo que ya está consolidado”.
Asimismo, ha dado las directrices para que las innovaciones terapéuticas que desarrollen las compañías biotecnológicas lleguen a la sociedad. En primer lugar, los Informes de Posicionamiento Terapéuticos (IPT) “es el instrumento a utilizar y que cuenta con el consenso de todos”, a pesar de ciertas divergencias autonómicas. Una vez consensuado el nicho de pacientes que deben beneficiarse, herramientas como el techo de gasto o el riesgo compartido “serán las medidas que consoliden la sostenibilidad del sistema ante la llegada de la innovación”.
Ante esta declaración de intenciones de Farjas, Regina Revilla, presidenta de Asebio, manifestó que sin la apuesta de la administración “el sector no puede seguir adelante”. “Los poderes públicos han sido fundamentales para la biotecnología y si la apuesta continúa, podremos aprovechar este potencial que tenemos”, remarcó.