n En un año, esta comunidad ha sido pionera en extender totalmente este sistema

n El reto para el futuro es lograr la interoperabilidad entre distintas autonomías

| 2009-12-04T16:25:00+01:00 h |

josÉ c. rodríguez

Madrid

La receta electrónica en Extremadura ha cumplido un año, y ha sido un año de éxito, según se valora desde los colegios extremeños de farmacéuticos. Y es que, la actuación de esta comunidad autónoma a la hora de implantar el sistema de e-receta en toda la región se ha convertido en un ejemplo a seguir para el resto de los territorios nacionales.

Este optimismo que demuestran las instituciones farmacéuticas extremeñas ha sido avalado con datos por el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cáceres, Pedro Claros. Según afirma, antes de la implantación de la receta electrónica en la provincia no se llegaban a facturar 800.000 recetas, mientras que en la actualidad se supera esta cifra y más de la mitad son recetas electrónicas.

Otro representante de la farmacia extremeña que también alaba la implantación de este sistema en la región es el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas. A este respecto, el presidente colegial se manifiesta con rotundidad al precisar que “desde que comenzó la receta electrónica se han hecho nueve millones de recetas, de las que el 60 por ciento han sido electrónicas”.

Implantación plena

La farmacia de Extremadura saca pecho, ya que ha sido la primera comunidad autónoma en completar la plena implantación de este sistema. El proyecto echo a andar hace ahora un año. Un balance de 12 meses que Venegas califica de “positivo, ya que hemos sido capaces de cubrir todos los centros sanitarios, farmacias y botiquines”.

El presidente pacense valora este éxito como “un beneficio para todos”, aunque matiza que el agente menos beneficiado es la farmacia. En este sentido, explica que la receta electrónica “ha descongestionado un 40 por ciento las visitas a los centros de salud”, con lo que supone un avance sanitario que agiliza la labor del médico y facilita al paciente la gestión de su tiempo, además de que mejora la adherencia al tratamiento. “Mejora el cumplimiento, ya que ahora el médico sabe si el paciente ha retirado los fármacos que debía tomar o no lo hecho”, afirma.

Sin embargo, no todo son ventajas. Así, en septiembre el gasto farmacéutico extremeño fue un 8 por ciento superior al del mismo mes del año anterior, casi cinco puntos más de incremento que la media nacional. Esto se puede deberse al hecho de que la prescripción electrónica ha disparado el número de recetas. Un problema ante el que los colegios extremeños conservan la tranquilidad, ya que precisan que “algo análogo sucede en aquellas comunidades donde se está implantando”.

Sobre este aspecto, Claros afirma que ha sido el factor novedoso lo que ha impulsado al público. Por su parte, Venegas pone un ejemplo para explicarlo: “Una embarazada necesita ácido fólico, y no acudía al médico a propósito para eso. Ahora va para otra cuestión y le recetan ácido fólico para toda la gestación”. Por ello, considera que la e-receta ha mejorado la accesibilidad, y “eso tiene un precio”, dice Venegas. Sin embargo, cree que en este momento se hace necesario “educar a médicos, farmacéuticos y pacientes, que éstos sean conscientes de que no es necesario retirar a la vez todos los fármacos que se le prescriben”.

Por otro lado, y para poner un pero, Venegas señala que “la prescripción tiene mucho de artesanal, es única para cada persona y, por ese motivo, la automatización tecnológica puede suponer un riesgo para esta individualidad al encasillar al paciente” en un tratamiento a largo plazo, aunque éste deje de necesitarlo. Algo que, además, incrementaría el gasto farmacéutico.

El reto: la interoperabilidad

El éxito de la experiencia extremeña llama al optimismo. Un optimismo que comparten otras regiones, como Andalucía, la comunidad autónoma con la trayectoria de receta electrónica más amplia del país y que, tal y como señala Manuel Ojeda, vicepresidente del COF de Sevilla, ya está prácticamente extendida en toda la región.

Lo mismo ocurre en Baleares, lo que hace pensar a los farmacéuticos que el horizonte hacia el que caminar se encuentra ahora en tratar de que la interoperatividad de sistemas autonómicos sea una realidad. A este respecto, los colegiales andaluces y extremeños ya dieron el primer paso al plantearse la cuestión y haber iniciado los primeros contactos con autoridades ministeriales y gerentes regionales para desarrollar un programa piloto entre ambas comunidades. En este sentido, Ojeda es optimista, aunque afirma que “corresponde a las autoridades sanitarias dar los primeros pasos”.

Eso sí, hay diferencias evidentes entre ambos sistemas. Así, en Andalucía se utilizan tarjetas con chip electrónico mientras que en Extremadura se emplea banda magnética, algo que está en proceso de cambio por las ventajas que ofrece el chip. Este paso facilitaría la lectura de la información contenida en cada tarjeta acerca de los fármacos prescritos a cada paciente y resolver así una de las pocas dificultades planteadas a la hora de afrontar este pilotaje.