Pregunta. Enhorabuena. Quizá seáis el único banco que mantiene una buena imagen cara a la sociedad.
Respuesta. Porque ‘vendemos’ solidaridad. Aunque en algún congreso se han acercado a nuestro stand a preguntarnos por hipotecas. Pero nosotros ofrecemos solidaridad y salud, no hipotecas.
P. Contáis con 21.458 potenciales ‘sucursales’ repartidas por España, reconocidas con una cruz verde.
R. De momento, esa cifra es un sueño. Empezamos con doce sucursales y pidiendo a otros compañeros que nos prestasen sus farmacias para las campañas. Ahora ya somos centenares.
P. Paradoja: dícese de un banco que no necesita rescate, pero sí pide ayudas.
R. Pedimos ayudas a la gente… Para otra gente. Somos nosotros los que tratamos de ‘rescatar’ de la exclusión sanitaria a quien no tiene acceso a sus fármacos.
P. Es lo más preferente para Banco Farmacéutico, ¿verdad?
R. Así es. El objetivo es promover la solidaridad educando en la gratuidad. Es decir, que tanto quien da la ayuda, como la farmacia que colabora, la entidad asistencial que la recibe y el beneficiario sepan que es una ayuda gratuita, que se pone en marcha a cambio de nada.
P. ¿En tu vida hay preferencias?
R. Para mí es preferente estar bien conmigo mismo, reunir una buena familia y disfrutar del trabajo, y entregarme a los demás a cambio de nada.
P. El 8 de febrero celebrasteis la VII jornada de recogida de medicamentos. Como buen motero, ¿satisfecho de que estas jornadas vayan sobre ruedas?
R. Muy satisfechos. Lo único negativo fue el mal tiempo, porque la lluvia nos pone nerviosos a los moteros.
P. La respuesta ciudadana, ¿el mejor aval para celebrar muchas más?
R. Tenemos dos grandes avales. Por un lado, ese alto nivel participativo. Por otro, la importancia de las donaciones para las entidades sociales, que les permiten ahorrar un mes de su presupuesto.
P. Por lo que me cuenta todo un vicepresidente de banco, veo que la solidaridad en farmacia tiene crédito, ¿no?
R. Si hay un profesional solidario, ese es el farmacéutico. Dudo mucho que niegue un fármaco a quien lo necesite por cuestiones económicas. Sin olvidar el calor humano que se ofrece en la botica.
P. Necesitáis voluntarios. Recordémoslo antes de que se apaguen por completo los rescoldos de Madrid 2020.
R. Sé que algunos colaboran también con nosotros. Por fortuna, al voluntario le mueve cualquier cosa. Ahora bien, solo con un pellizco de esos 85.000…
P. Empecé felicitándote y acabo igual: ya sois reconocidos como “asociación de utilidad pública”. ¿Quién lo duda?
R. El Ministerio de Interior sí, que nos hizo presentar tres veces la documentación. La crisis tendría algo que ver, ya que ello conlleva que recauden menos impuestos de nuestros colaboradores.
Su nombre es Valentín de Grado (Madrid, 1956). Pero, dada la cercanía del 14-F, llamémosle ‘San Valentín’. Por su labor en esta ONG que desde 2007 ha recogido 40.000 fármacos y por actos que mantiene anónimos. Quien los conoce sabe que este boticario ha sido ángel de la guarda de algún vecino de Villaverde. También se dedica su tiempo: los jueves sale de ruta con su moto.