El retraso entre autorización y salida al mercado en España se acerca ya al año
De los países de nuestro entorno, tan solo Bélgica tiene unos plazos superiores
Redacción
Madrid
El retraso en la salida al mercado español de los medicamentos innovadores, una vez recibida la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), sigue siendo una de las lacras que dificultan la pronta amortización de la inversión de la industria farmacéutica. Además, impide a los pacientes acceder a fármacos innovadores que pueden servir para mitigar o solucionar sus dolencias. Tanto es así, que nuestro país está situado a la cola de Europa en este aspecto, y de los países de nuestro en torno, tan solo Bélgica nos supera.
La patronal europea de farmacéuticas innovadoras, Efpia, ha elaborado su estudio anual en el que analiza el retraso medio de la salida al mercado de los fármacos en Europa, un estudio recogido por el Boletín de Coyuntura que realiza Farmaindustria mensualmente. En el Patients WAIT Indicator 2010, se analizó el periodo 2007-2009, en el que España contó con un retraso medio de 349 días entre que la EMA dio el visto bueno para su comercialización y ésta se hizo efectiva. Casi un año en el que las compañías tienen el medicamento listo para ser dispensado y, aun así, no pueden ofrecerlo a los pacientes. Por su parte, Bélgica acumula 392 días de retraso en este plano.
La otra cara de la moneda la representan Alemania y Reino Unido, que cuentan con la ventaja de la comercialización instantánea una vez recibida la autorización de la agencia nacional. Asimismo, Austria e Irlanda son otros dos de los Estados con plazos más reducidos, ya que acumulan 88 y 101 días de retraso medio.
Para España, la situación no ha mejorado en los últimos años. Según el WAIT 2009 elaborado por la Efpia, durante el periodo 2006-2008 la demora media para el lanzamiento de los fármacos en nuestro país estaba fijada en 260 días. Igualmente, Bélgica se encontraba a la cola de la lista, con 403 días de retraso.
Dificultad añadida
Estas demoras en el acceso a los fármacos por parte de los pacientes tienen, además, un inconveniente adicional. Esta barrera se suma a la cantidad de trámites burocráticos que han de superar las compañías durante el proceso de solicitud de aprobación. Las elevadas tasas y la complejidad de los dosieres de registro no tienen, a la postre, la recompensa de una rápida fijación de precio y salida al mercado.
Los retrasos entre autorización y comercialización son una muestra más de la pérdida de atractivo que tiene nuestro país para los inversores y las grandes multinacionales. Un hecho que, dados los últimos recortes que ha tenido que afrontar el sector, complica la búsqueda de financiación de las compañías para poder llevar a cabo sus labores de I+D.