| viernes, 07 de mayo de 2010 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Kellogg´s ha encargado un estudio en el que participan 2.000 madres de niños entre los seis y 11 años con el fin de analizar los hábitos de merienda. De este estudio se desprende que actualmente un 85 por ciento de las madres considera la merienda una parte fundamental en la alimentación de sus hijos. Sin embargo, un 50 por ciento de los niños escogen ellos mismos lo que van a merendar, con los riesgos que esto supone en relación con una ingesta desequilibrada de nutrientes.

Según el doctor Jaime Dalmau, “se han desarrollado conductas alimentarias caprichosas que se traducen en ingestas excesivas de ciertos alimentos cuyo consumo debería ser esporádico. En niños mayores y adolescentes, estos hábitos incorrectos conllevan el consumo de comidas que nutricionalmente pueden ser desequilibradas”. El estudio evidencia este hecho, ya que muestra cómo para los niños la fruta y los zumos naturales son las elecciones menos frecuentes a la hora de merendar. El doctor Dalmau confirma que las principales conclusiones que se desprenden de este estudio indican que la importancia real que se da a la merienda es insuficiente.

Hacer ejercicio físico. Promocionar la actividad física habitual (andar al colegio, subir escaleras…) y el ejercicio físico tanto en familia como con compañeros de la misma edad. Reducir el tiempo dedicado a la televisión y consolas. Involucrar a los niños en las tareas domésticas. Los cereales, las patatas y las legumbres deben constituir la base de la alimentación, de manera que los hidratos de carbono representen entre el 50 y el 60 por ciento de las calorías de la dieta.

Se recomienda, igualmente, que las grasas no superen el 35 por ciento de la ingesta diaria, debiendo reducirse el consumo de grasas saturadas y ácidos grasos ‘trans’. Las proteínas deben aportar entre el 10 y el 15 por ciento de las calorías totales. Realizar cinco comidas al día y teniendo un horario fijo para cada una de las comidas. Intentar comer en familia y con sosiego, evitando ver la televisión mientras se come.

Igualmente, entre las recomendaciones aparece que nunca se debe prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales y frutas, al que debería dedicarse entre 15 y 20 minutos de tiempo. De esta manera, se evita o reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento.

Realizar una merienda equilibrada que aporte unas 200 ó 250 calorías, y aporte alimentos ricos en calcio, y pobres en azúcar, grasa total y saturada, y sodio. Para ello se debe utilizar cereales, lácteos (aporte de calcio), frutas (aporte de vitaminas y de fibra.).

La merienda es una de las comidas que más han variado durante los últimos años y el cambio de hábitos se constata ya que el 60 por ciento de las madres opinan que la merienda de sus hijos es diferente a la que tomaban ellas aunque sólo el 8 por ciento opina que ahora es más sana.