Los pasos que se dan hacen que los conozcamos
| 2009-12-11T16:30:00+01:00 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Hay estructuras que son muy farmacodinámicas. Esas que su plan estratégico, aunque no lo conozcamos, lo podemos diseñar por la información y por cómo acomodan sus pasos y el trayecto que siguen. Así ocurre con Rovi, Farmaindustria y el director general de esta patronal, Humberto Arnés. O bien con la dinámica de ese mecenazgo cada vez más asentado en el área de la investigación farmacéutica.

Ahora, UCB y Rovi anuncian que han alcanzado una alianza para la comercialización conjunta del medicamento de UCB Cimzia (certolizumab pegol), anticuerpo anti-TNFa pegilado (factor de necrosis tumoral alpha TNFa), en España. El medicamento ha sido autorizado por la Comisión Europea para el tratamiento de la artritis reumatoide. Khoso Baluch, director general de UCB España, comentó que la alianza estratégica “supone unir esfuerzos para conseguir un objetivo común: satisfacer las necesidades de los pacientes. Esta relación contribuirá a que el mayor número posible de enfermos con artritis reumatoide en España tengan un acceso más rápido al medicamento innovador Cimzia”.

Juan López-Belmonte, consejero delegado de Rovi, dijo que la alianza con UCB “va a capitalizar el conocimiento que posee Rovi en el segmento hospitalario”. Recuerden que Rovi invirtió en Granada.

Como quiera que Arnés sigue su plan como corresponde, al paso, ya estamos en ese asunto tan propicio como es el que Farmaindustria financie con 50 millones de euros casi cien propuestas de las comunidades autónomas en I+D. Lo matizó el señor Arnés al decir que éste era el vehículo adecuado del entendimiento con la Administración. Buen trabajo de engranaje de José Ramón Luis-Yagüe, en ese cometido que desde Farmaindustria tiene para con las autonomías.

Así, mientras se deshoja la margarita de lo que se hará en un futuro para equilibrar presupuestos y economía sostenible a fin de que la financiación no acabe en bancarrota, recibamos con alegría la propuesta de la sociedad civil que reclama una reforma legal para estimular las donaciones a la I+D. Así lo contaba Josep Corbella magistralmente en un trabajo que tituló en La Vanguardia “Hacia una economía del conocimiento”. En ella, Juan Rossell, presidente de Foment del Treball, decía que “es indudable que el aumento del mecenazgo para investigación contribuye al incremento de actividades relacionadas con el conocimiento”.

Miquel Valls, presidente de la Cámara de Comercio, indicó que somos “uno de los países desarrollados con un trato fiscal más obsoleto del mecenazgo para investigación. El modelo hacia el que deberíamos tender es el de Estados Unidos”. Leopoldo Rodés, presidente de la Fundación Fero, apuntaló que “la investigación biomédica es uno de nuestros grandes activos. Las instituciones deber ser conscientes de la importancia que tienen para el país y potenciarla más”.

Y, finalmente, Pascual Maragall, presidente de la fundación que lleva su nombre, sentenció que era “el momento de reformar la ley de mecenazgo. Nuestro objetivo es lograr que España equipare su fiscalidad a la de Francia”. Es lo que hay. Seguro.