| viernes, 26 de noviembre de 2010 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

La Fundación Everis se ha puesto a trabajar. Su filosofía ha sido la del proverbio asiático, aquella que dice que “cuando empieza a soplar el viento, algunos corren a esconderse mientras otros construyen molinos de viento”. Así que han echado mano de la sociedad civil, se ha puesto a trabajar, y dicen que a la luz de estas nuevas reglas de juego, el análisis ha revelado que España no es hoy en día un país líder ni en madurez ni en oportunidades. Ocupa una posición intermedia en ambos conceptos, con grupos de países que la superan en madurez-país, en oportunidad-país o en ambas. Más allá de oportunidades concretas, la configuración actual convierte por tanto al país en poco atractivo para empresas, iniciativas, inversiones y talento. En el momento actual, España no ha conseguido alcanzar el desarrollo adecuado de la economía del conocimiento como para competir en bienes y servicios sofisticados con los líderes pero, al mismo tiempo, no puede seguir compitiendo en costes con los nuevos entrantes como proveedor de bienes y servicios de menos valor.

El resultado final es una España globalmente poco atractiva y en busca de su identidad. La tendencia de pérdida de posicionamiento absoluto y relativo en todos los indicadores relevantes del país es preocupante para el futuro de los españoles y su papel en el mundo. A este respecto, la radiografía y el diagnóstico han revelado oportunidades de mejora que exigen actuaciones urgentes y estructurales en 16 grandes retos del país en estos momentos. Tomemos nota porque se trata de líneas de trabajo básicas. Las podemos enumerar. Definición de una identidad productiva singular para el país; refuerzo de la sociedad del talento global; mejora de la productividad total de los factores; sofisticación de la oferta en bienes y servicios; definición de un modelo de Estado del bienestar responsable; sofisticación sostenible de la demanda; acercamiento al ciudadano y personalización del modelo de bienestar; sostenibilidad económico-financiera, social y medioambiental; posicionamiento-país positivo, singular y creíble; capitalización del posicionamiento geoestratégico del país; exposición y movilidad globales; representatividad, equilibrio e independencia de poderes; fiabilidad y adaptabilidad de las instituciones; y corresponsabilidad (ciudadana y administrativa) entre derechos y deberes.

Por la naturaleza de los retos identificados, el problema es de todos los agentes del país, las oportunidades también, y la solución igualmente. No se trata, pues, de que unos miren a otros señalándoles con el dedo. Hay que construir entre todos un nuevo modelo que permita lograr y garantizar la ventaja competitiva de España a medio y largo plazo. El reto no es de evolución, sino de transformación. Se trata de repensar y refundar todos los pilares del sistema-país. Así pues, junto al optimismo hace falta contundencia de toda la sociedad civil. Ésta es la base de un documento que me llegó gracias a Sanifax. Y por eso les felicito, al igual que a la Fundación Everis. Faltaría más. Seguro.