Realmente es muy emocionante comprobar que las investigaciones nos permiten empezar a pensar que la cirrosis se cura. Con esta buena noticia la Hepatología da un vuelco de 360 grados. En la farmacéutica Gilead lo saben, y los pacientes que padecen esta enfermedad hepática han visto la salida del túnel. Los doctores Javier Crespo, jefe de sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, y José Luis Calleja, jefe adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, no cuentan milongas ni tampoco nos aseguran cuestiones que todavía precisan más calado.
De momento, sabemos que el tratamiento a largo plazo puede revertir la cirrosis en un importante porcentaje de pacientes infectados por el virus de la hepatitis B. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio realizado recientemente, que ha demostrado que cuando el tratamiento se prolonga durante cinco años es capaz de mantener la enfermedad evitando que progrese, y lo que es más importante, que se produzca una importante regresión de la fibrosis, incluso una regresión de la cirrosis.
En este sentido, cabe destacar que para el jefe de sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, este hallazgo “supone un cambio de paradigma, hasta ahora pensábamos que la cirrosis era un proceso irreversible e incurable, y ahora algunas formas de cirrosis son reversibles y curables, al menos parcialmente”.
Por su parte, para el coordinador de esta aula y jefe adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, matiza que con este estudio “se ha demostrado que, especialmente en casos iniciales, un tratamiento efectivo puede revertir la fibrosis”. Sobre este particular, Calleja manifestó, asimismo, que “el mantenimiento del tratamiento de la hepatitis B durante cinco años se asocia con la estabilización o mejoría del grado de fibrosis en la mayor parte de pacientes”.
Además, tal y como apuntó Calleja, “ahora existen técnicas no invasivas que permiten evaluar la fibrosis y la mejoría del paciente. Por eso es conveniente reevaluar a los pacientes que están controlados pero no reciben tratamiento”. Este hallazgo sugiere que el tratamiento para el virus de la hepatitis B se debe mantener a largo plazo porque es capaz de lograr la regresión de la enfermedad evitando las complicaciones a largo plazo, por lo que es fundamental la adherencia al mismo.
Debemos señalar que en este estudio prospectivo se han incluido 348 pacientes con infección crónica por el virus B, 96 de ellos con cirrosis y 252 con fibrosis. En los pacientes cirróticos se logró la reversión de la cirrosis en el 74 por ciento (es decir, en 71 pacientes) y el 99 por ciento de ellos registraron una reducción de la fibrosis.
En total, los datos obtenidos de este estudio ponen de manifiesto que de los 348 pacientes que participaron en el mismo se logró una reducción o estabilización de la fibrosis en 335 pacientes, es decir en el 96 por ciento. Unos resultados que considero muy relevantes, ya que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año fallecen en torno a 27.000 personas por cirrosis hepática en los países desarrollados. La cirrosis está entre las veinte primeras causas de muerte por enfermedad. En nuestro país la padecen cuatro de cada 10.000 personas, en su mayor parte a causa del consumo abusivo de alcohol. Y un dato: su incidencia es algo superior en hombres que en mujeres.