Javier Ellena ha regresado a la responsabilidad que mantuvo en Lilly durante casi una década, la presidencia, tras dos años y medio fuera de España. Y lo primero que le ha llamado la atención es que “el mercado es muy diferente”. Según él, es “espectacular el cambio radical que ha habido en 30 meses”. Un cambio que afecta “al presente y a la perspectiva de futuro”. Además, de cara al futuro más próximo, no es optimista. “No creo que la situación y la relación con la industria cambie para bien”. Según él es difícil hacer compatible las necesidades de una industria de ciclo largo con las prisas de la situación económica actual y con los ciclos políticos de las legislaturas.
Pero el entorno es solo uno de los problemas a los que el presidente de Lilly va a tener que hacer frente. Tiene ante sí el reto de “gestionar el tránsito de la compañía desde la pérdida de patentes en productos como olanzapina hasta que lleguen los productos que están en fases de desarrollo”. Un periodo que puede durar entre dos y tres años, mientras se encuentran a la espera del lanzamiento de los doce productos en desarrollo que actualmente están en fase III.
No obstante, y a pesar de las incertidumbres y los plazos que maneja la compañía para relanzar su actividad con la oleada de lanzamientos, Ellena rechaza que haya que reajustar la plantilla de su compañía. “No tenemos previsto ningún tipo de ERE en España”, explica, al tiempo que detalla que la reestructuración de la compañía vendrá dada por una nueva organización interna a partir de áreas terapéuticas.
Además, el presidente de Lilly no perdió la oportunidad de poner en valor el papel de la industria farmacéutica y de los sectores innovadores en general para salir de la crisis. “Necesitamos crecer al 2 por ciento para crear empleo y eso es imposible sin pensar en I+D”, aseguro. Por ese motivo, se pregunto si, además de pensar en el corto plazo, había alguien pensando “en el modelo económico que va a tener España en las próximas décadas”.