Francisco rosa Madrid | viernes, 23 de noviembre de 2012 h |

Pese a la tendencia general del país, caracterizada por una significativa caída del gasto público y privado en investigación y desarrollo, la industria farmacéutica demostró en 2011 su vigor con un comportamiento nada convencional en los tiempos que corren. Así, según los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística en un acto celebrado en la Fundación Cotec, las compañías que operan en territorio nacional habrían aumentado la cantidad destinada a I+D en torno al 1,1 por ciento con respecto a 2010, con un volumen de gasto que superó los 635 millones de euros.

A este respecto, fue Juan Mulet, director general de Cotec, el encargado de interpretar estos datos y precisar las causas de este fenómeno que, tal y como están las cosas, puede considerarse como excepcional. “El hecho de que la industria farmacéutica siga aumentando su gasto en I+D demuestra que, más allá de las difíciles circunstancias coyunturales, es un sector que no puede vivir sin innovación”, manifestó.

Entre los sectores que también registraron tasas de variación positiva destaca el de construcción aeronáutica y aeroespacial (21,3 por ciento), así como el de actividades profesionales excepto servicios de I+D (3,3 por ciento). En todo caso, la industria farmacéutica se mantiene en los puestos de cabeza en la clasificación de los sectores de actividad en los que se realiza un mayor desembolso en este apartado, y acaparó el 8,6 por ciento de todo el gasto realizado durante 2011.

Al margen de estos datos, que podrían conducir a más de uno hacia el optimismo, lo cierto es que el panorama general no es tan halagüeño. Las cifras del INE muestran cómo el gasto total en I+D cayó en torno al 2,8 por ciento con respecto a 2010. A nivel general, en España se destinaron unos 14.184 millones de euros. Con estos números, se constata que cada día el país está más lejos de cumplir con el objetivo del 2 por ciento sobre el PIB que años atrás se había impuesto para 2010. Concretamente, el pasado año se produjo un retroceso de 0,06 puntos porcentuales en este ámbito, al pasar del 1,39 al 1,33 por ciento.

Esto no supone un alejamiento real de los puestos de cabeza en la clasificación europea, ya que conservamos el lugar 16º entre los países que componen la UE-27. De donde se aparta España es de la media registrada en el entorno comunitario, que se sitúa también en el 2 por ciento, gracias sobre todo a países como Finlandia (3,8 por ciento), Suecia (3,4 por ciento), Dinamarca (3,1 por ciento) o Alemania (2,8 por ciento), que siguen tirando del carro en lo que se refiere a gasto en I+D.

De los países con los que se asocia a España en el último tiempo, es decir, los Irlanda, Portugal, Italia o Grecia, los datos de Eurostat señalan una ligera superioridad de los dos primeros en comparación con nuestro país en 2011, aunque los dos restantes siguen por detrás en este apartado (es preciso aclarar que los datos correspondientes a Portugal son de 2010 y los de Grecia pertenecen a 2007).

Dentro del contexto nacional, y concretamente en el análisis del origen de los fondos que van a parar a la investigación y el desarrollo de nuevos productos, los datos del INE apuntan a un relativo retroceso de la financiación pública, que pasó de asumir el 46,6 por ciento en 2010, al 44,5 en 2011. Inevitablemente, eso se correspondió con un aumento del gasto realizado por las empresas, que pasaron del 43 al 44,3 por ciento. Pese a ello, la realidad muestra cómo el objetivo marcado para 2010, que consistía en que la parte privada asumiera dos tercios del gasto en I+D, queda aún lejos de verse cumplido.

País Vasco y Navarra

Si se profundiza en el gasto público en I+D, puede comprobarse la distancia que existe entre las comunidades más saneadas económicamente, así como las que concentran a los sectores industriales, y el resto. En el caso de País Vasco, se produjo un aumento del gasto del 7 por ciento, lo que contribuyó a que la tasa con respecto al PIB ascendiera al 2,1 por ciento. En Navarra, por otra parte, se produjo un incremento del desembolso en I+D del 5 por ciento, con una tasa de gasto sobre su PIB del 2,05 por ciento. Junto a ellas, Castilla-La Mancha es la única comunidad que aumentó la cantidad destinada a investigar, con una evolución positiva del 1,6 por ciento.

Por su parte, Madrid y Cataluña, las regiones con mayor presencia industrial, experimentaron un comportamiento negativo en 2011, aunque se mantienen como las dos comunidades en las que más dinero se destina a I+D. En la primera de ellas se superan los 3.700 millones, mientras que en la segunda se han superado ligeramente los 3.000 millones. En todo caso, ninguna de las dos supera la cota del 2 por ciento de gasto con respecto al PIB.

En lo que respecta al gasto en I+D farmacéutica, cabe señalar un aumento del 59 por ciento en Andalucía, del 29 por ciento en Galicia y del 27,5 en Castilla-La Mancha. Las caídas más pronunciadas en este ámbito de actividad se produjeron, curiosamente, en Navarra (31,3 por ciento), Asturias (18,3 por ciento), Aragón (17,3 por ciento), Murcia (16 por ciento) y la Comunidad de Madrid (12 por ciento).