El Pacto por la Sanidad, la cohesión, la financiación y desarrollos legales, los asuntos que tendrá que afrontar

El sentido común, su sensibilidad, su perfil político y experiencia internacional, grandes virtudes para el sector

| 2009-04-12T18:28:00+02:00 h |

carlos b. rodríguez

Madrid

Un Gobierno pensado y elegido para “vencer la crisis y preparar la recuperación y el nuevo modelo de crecimiento”. Es la razón, repetida hasta tres veces por el presidente del Gobierno, que subyace bajo los cambios que ha introducido en su gabinete, tocando de lleno a Bernat Soria. Éste dio paso a Trinidad Jiménez, que tras recibir la cartera participó en su primer Consejo de Ministros.

Los primeros rumores apuntaban a una reducción del tamaño del Ejecutivo mediante cambios en algún departamento, como Sanidad, especialmente ‘tocado’ después de las transferencias de I+D. Al final, ha salido reforzado del baile de competencias. La Ley de Dependencia forma ya parte de las competencias de Sanidad, que arrebata Política Social a Educación. “He creído conveniente integrar en un sólo ministerio la sanidad y las políticas sociales, especialmente las relativas al desarrollo de la Ley de Dependencia”, explicó Zapatero.

¿Por qué ella?

Si bien los cambios en Sanidad entraban dentro de lo probable, la incorporación de Jiménez sí ha sido una sorpresa. Así explicó su decisión Zapatero: “Se hace necesaria una intensa actividad de diálogo y coordinación con las comunidades. Trinidad Jiménez, por capacidad política y por sensibilidad social, está en condiciones de realizar una gran labor en este ámbito”. Más allá, su nombramiento coincide con el carácter político que se quería imprimir al nuevo gabinete. Jiménez viene del aparato del PSOE, cuyos tres principales cargos están, por primera vez, en el Gobierno.

Además de la Ley de Dependencia, la ministra asume muchos asuntos pendientes. Para empezar, tendrá que ocuparse de aprobar el Pacto por la Sanidad, cohesionar el SNS y por batallar ante la nueva ministra de Economía, Elena Salgado, la patata caliente de la financiación sanitaria, tal y como piden los consejeros en el CISNS. De cara al sector siguen pendientes, entre otras cosas, la actualización del Plan Estratégico de Política Farmacéutica; el Plan Sectorial para la industria; la defensa del modelo de farmacia ante Bruselas o los desarrollos de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, norma que además tiene que revisarse de aquí a final de año para adaptarse a la Directiva de Servicios.

De momento, la ministra cuenta con la colaboración de todos, si bien las expectativas que genera a nivel sectorial no se corresponden con las primeras valoraciones políticas. El presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso, Gaspar Llamazares, no ocultó su sorpresa ante un nombramiento que, a su juicio, “no plantea una solución a los problemas que tiene el pacto y la aplicación de la Ley de Dependencia”.

Menos sorpresa ha causado en el PP. En dos legislaturas, Sanidad acumula ya tres titulares y menos competencias y presupuesto. Todo ello demuestra, para Mario Mingo, portavoz de Sanidad del PP en el Congreso, “que en cinco años no se han cumplido los objetivos sanitarios”. La pregunta ahora para la oposición es qué aportará la nueva ministra, sin cargo sanitario en su currículum.

Este hecho tampoco ha pasado desapercibido al sector, que considera que el trabajo de la ministra dependerá mucho del equipo del que se rodee. “Sería bueno que mantenga a determinadas personas y que releve a otras”, señaló Rafael García Gutiérrez, director general de Anefp. También Pedro Capilla, presidente del CGCOF, pidió a Jiménez “que se asesore adecuadamente”, si bien no dudó de que la defensa del modelo continuará como hasta ahora.

Pero no todo son carencias en el perfil de Jiménez. Personalmente, se le reconoce su “sentido común”. Profesionalmente, FEFE cree que su experiencia en relaciones internacionales será positiva de cara a Bruselas. “Tiene conocimiento del terreno; siendo nueva en el campo de la sanidad hay que saber aprovechar virtudes como ésa”, aseguró. Isabel Vallejo lanzó una primera recomendación a la ministra: “Una de las primeras cosas que debería hacer es solicitar oficialmente la paralización de los procedimientos de infracción de Bruselas”.

Hay otras peticiones. Aprovechando que forma parte de un Gobierno ‘anti-crisis’, el director general de Aeseg, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, pide a Jiménez que siga contando con el genérico como herramienta de ahorro. Fedifar, que acabe lo que Soria empezó con respecto a los mayoristas: el decreto de distribución y la trazabilidad.

Farmaindustria, por su parte, ha ratificado su compromiso con el Gobierno en materia de empleo, competitividad e inversiones en I+D. Según la patronal, en este momento se debe “contribuir a potenciar un modelo de crecimiento en el que tengan más peso los sectores de alta productividad e intensivos en innovación”.