PP y PSOE llevaron a cabo la semana pasada el primer acto de contraprogramación sanitaria del nuevo curso político. El mismo día que el secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales popular, José Ignacio Echániz, reunió a los medios en Madrid para explicar las bondades de la reforma sanitaria tras dos años de aplicación, la Secretaria de Sanidad del PSOE, María José Sánchez, hizo lo propio en Sevilla para volver a atacar la globalidad del Real Decreto-ley 16/2012.
Este comienzo, sumado a las reiteradas negativas del grupo popular a que Ana Mato comparezca en la Comisión de Sanidad del Congreso, no genera buenas expectativas para el entendimiento de cara al inicio de los trabajos en el Parlamento, que tiene entre sus primeros temas a tratar asuntos como la vacuna de la varicela o los tratamientos de la Hepatitis C.
Punto por punto
Según Echániz, la reforma ha supuesto “importantes avances” en farmacia, donde las medidas de bajadas de los precios, el impulso de nuevos genéricos y el nuevo sistema de aportación del usuario han supuesto más de 3.600 millones en ahorros… Ahorros que, según Echániz, “el Gobierno ha dedicado precisamente a mejorar la innovación en los medicamentos y en los productos sanitarios que usa nuestra sanidad pública”. Según sus cifras, entre 2012 y 2013 se han incorporado más de 50 “innovaciones relevantes” en la sanidad española.
Sánchez, en cambio, recordó que el Real Decreto 16/2012 introdujo el copago farmacéutico para uno de los sectores “más vulnerables” de la población, los casi 8,4 millones de pensionistas que hay en España y que “abrió una puerta” por la que el Gobierno del PP ha intentado “colar” el copago en transporte no urgente o productos dietoterápicos.
El PP, además, defiende que hoy, gracias a la reforma impulsada hace dos años, la sanidad es más universal que nunca. “Todos los españoles tienen acceso a la asistencia”, recalcó Echániz. La respuesta del PSOE es que el Gobierno “quebró” el modelo del SNS, sustituyendo la universalidad del sistema por un modelo de aseguramiento, y que en este periodo ha dejado desprotegidas y sin tarjeta sanitaria a más de 873.000 personas en todo el país.
La dirigente socialista también criticó que la privatización del SNS “empobrece la calidad de los servicios, da menos garantías al paciente, devalúa el salario de los profesionales y convierte la Salud en una mercancía”, y exigió al Gobierno que de cifras del ahorro que ha podido suponer. En este sentido, indicó que en Holanda, que ha implantado desde 2006 un modelo similar al que pretende imponer el PP, se han elevado los gastos sanitarios de forma extraordinaria, pasando del 9,8 al 12 por ciento del PIB. “Parece que el aseguramiento es un magnífico negocio para algunos, pero con grandes riesgos para la calidad y la sostenibilidad”, ha asegurado.
Según Echániz, por último, la reforma sanitaria ha sido “profundamente útil” para la sanidad española. Además, añadió que ha sido “eficaz” en términos de salud, “eficiente” en términos económicos y ha permitido que el SNS sea “sostenible” y de mayor calidad.
Sánchez, en cambio, aseguró que con ella el PP “inició una senda hacia el desmantelamiento del sistema sanitario y hacia su privatización”, justificándolo en razones económicas. Según la Secretaria de Sanidad del PSOE, esta estrategia no ofrece “ningún beneficio ni en salud, ni supone un ahorro”. Y no solo esto, sino que puede, a su juicio, “poner en riesgo a toda la población”.