La entrada en vigor de las medidas contenidas en el RDL 16/2012, y más concretamente el copago, está teniendo efectos devastadores en la industria innovadora. El mercado farmacéutico español se ha desplomado en los últimos meses, tanto en volumen como en valores, hasta unos niveles a los que no se encuentra parangón en la historia reciente. Eso es al menos lo que se extrae de los datos presentados por IMS Health España, que apuntan a una caída del 13 por ciento en valores desde julio, cuando se hizo efectiva la ampliación del copago. “El efecto del copago lleva ya 13 semanas y ha venido para quedarse”, comentó Concha Almarza, directora de operaciones de la consultora. En este sentido el mercado de oficina de farmacia caerá en 2012, según las previsiones de IMS un 11 por ciento, atribuyéndose al copago casi la mitad, en torno al 5 por ciento.
Aunque habrá algunos analistas que prefieran desvincular dicho descenso de la impopular medida aprobada por el Ejecutivo, lo cierto es que los resultados son los que son. Desde la entrada en vigor del nuevo sistema de aportación, las ventas nunca han superado los 24 millones de unidades semanales, cuando en meses anteriores la media se situaba cercana a los 27 millones.
En lo relativo al valor se aprecia un comportamiento similar. Las cifras a partir de la puesta en marcha del copago se han reducido considerablemente, con una media semanal que oscila entre 255 y 260 millones de euros. A este respecto, cabe destacar que antes de julio se alcanzaban fácilmente los 290 millones de euros, exceptuando, igual que ocurría con las unidades vendidas, aquellos periodos del año en los que se produce tradicionalmente un descenso del consumo de medicamentos.
Todo esto, según la directora de operaciones de IMS Health, obliga a que la industria tenga que enfrentarse a “un alto grado de incertidumbre que dificulta la gestión y hace imposible la planificación estratégica a largo plazo”, un aspecto esencial para unas compañías que, por su carácter innovador, trabajan siempre con la vista puesta en el futuro.
Y el futuro, en este caso, no es nada halagüeño. Al menos a corto plazo, ya que según las previsiones de la consultora no se espera una recuperación de las ventas hasta bien pasado 2016, cuando el que el mercado farmacéutico total en nuestro país volverá a situarse en niveles de 2007, justo antes de que se desatara la crisis económica. No obstante, a partir del próximo año, el ritmo de decrecimiento se ralentizará.
Esto se explica sobre todo con el estancamiento de los fármacos de marca que pierden la protección de patente. La normativa actual los deja como algo residual ya que lo que se pretende es “potenciar la industria del genérico como herramienta de ahorro”, como indicó Almarza. Si a eso se le suman las dificultades que están encontrando las compañías innovadoras para que las autoridades asignen precio a sus novedades terapéuticas, se puede decir que los laboratorios, encerrados en un callejón sin salida, solo podrán salir del mismo si buscan alternativas al actual modelo de negocio.
La caída de ventas experimentada en el seno de la industria farmacéutica ha tenido un impacto significativamente mayor en el ámbito de las farmacias, aunque eso no quiere decir que el mercado hospitalario se haya escapado de la quema, sino todo lo contrario. Este, que había crecido de forma continuada desde 2006, entrará en caída libre en 2012, aunque no bajará de los 5.500 millones, sin tener en cuenta descuentos ni deducciones.
Y lo peor de todo es que, lejos de ser eventual, este escenario podría mantenerse durante algunos años. Así, según las estimaciones de IMS Health, el frenazo en el envejecimiento de la población, las medidas de contención del gasto regional, el lanzamiento de nuevos medicamentos genéricos (que ya han aumentado su penetración en casi un 30 por ciento desde 2008) y la introducción de biosimilares no podrán, en ningún caso, ser contrarrestados por los efectos positivos del traslado de muchos de los medicamentos más costosos al canal hospitalario.
En este apartado, desde IMS destacan el caso de Novartis, que, totalmente a contracorriente, se ha sobrepuesto a la competencia cada día más potente que están haciendo las compañías de genéricos y ha conseguido ascender en ranking de ventas en el canal hospitalario.