redacción
Sevilla
Entre las medidas incluidas en el Real Decreto Ley 4/2010 de racionalización del gasto farmacéutico aprobado por el Gobierno hay una con claro acento andaluz: la financiación exclusiva del precio más bajo de las especialidades que conformen cada conjunto incluido en el Sistema de Precios de Referencia (PR). O, lo que es lo mismo, copiar el sistema actualmente rige en Andalucía para las prescripciones por principio activo (PPA) en función de los listados de precios menores.
Las críticas que, por cortoplacistas, han sufrido por parte del sector buena parte de las nuevas medidas gubernamentales también serían aplicables a este caso, como así lo indican quienes conviven desde hace años con este sistema: los farmacéuticos andaluces. Si bien confirman que se trata de una medida que consigue reducir el gasto, alertan que su eficacia se reduce con el paso del tiempo.
“No cabe duda de que trabajar con el precio menor supone un ahorro al sistema sanitario. Pero cuando se llega al tope, como así se está reflejando ya en Andalucía, la evolución del ahorro se queda en línea recta”, indica a EG Fernando Grande, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba. Un dirigente que, tras decantarse el Gobierno por implantar este sistema en todo el territorio nacional, vaticina unos “positivos efectos” en la reducción del gasto para todas las comunidades “apenas unos años”.
Aspectos a evitar
Los datos avalan la prudencia. En Andalucía, la implantación de la PPA y, por ende, el fomento de la dispensación de genéricos, no ha significado una drástica reducción del precio medio por receta en este tipo de medicamentos. Incluso, el precio medio de los genéricos en Andalucía (6,16 euros) es ligeramente superior a la media nacional (6,03 euros) y no muy distante respecto a los datos más altos del resto de autonomías (6,41 en Galicia o 6,33 en Canarias).
La principal causa que explicaría estos datos en Andalucía no es otra que una clara tendencia hacia la prescripción de los principios activos más caros para tratar una determinada patología. Una situación que podría darse también ahora en toda España tras la aprobación de este nuevo real decreto, puesto que a la fijación del precio menor como máximo de financiación podría sumarse la posible desaparición de algunos principios activos que queden muy afectados por la rebaja media del 25 por ciento fijada para los genéricos, con lo que se produciría ese deslizamiento de la prescripción hacia principios activos más caros. Esto produciría un efecto rebote que daría lugar a un incremento del precio medio por receta y un crecimiento de la factura total.
El hecho de que Sanidad siga sin obligar al laboratorio que fija el precio máximo a justificar una determinada cuota de mercado o incluso la comercialización efectiva de producto, puede provocar en las 21.000 farmacias nacionales problemas ya conocidos en Andalucía. Es el caso del desabastecimiento originado por los denominados laboratorios ‘kamikazes’, sin capacidad para surtir a toda la red de boticas, y que tantas veces han obligado a la Consejería de Sanidad de Andalucía a la fijación de un nuevo precio menor.