| viernes, 26 de marzo de 2010 h |

La aprobación por parte del Consejo de Ministros del nuevo Real Decreto Ley de Racionalización del gasto farmacéutico con cargo al SNS ha dejado a la oficina de farmacia española en una, digamos, tierra de nadie. Sí, no se han tocado sus márgenes, algo que temía un sector que desde hace años se queja de su pérdida de rentabilidad. Sí, las modificaciones del Real Decreto 5/2000 no han sido las que temían, es decir, que el mordisco de este ‘impuesto revolucionario’ llegase hasta el hueso de sus economías y se han quitado de encima, indirectamente el de Mutualidades (da para tanto la subida de la escala mínima). Sí, la prohibición de bonificaciones y primas a las farmacias, salvo descuentos por pronto pago y medicamentos genéricos, hasta un 10 por ciento como máximo, quedaron atemperadas y se ofrece ahora también la posibilidad de descontar un 5 por ciento también a los medicamentos innovadores. Sí, se suben los márgenes fijos de los medicamentos de mayor precio. Sí, la salida de determinados medicamentos de la farmacia y dispensación sin visado en farmacia hospitalaria, centros de salud y estructuras de atención primaria… se cayó. Por ese lado, se pueden esbozar una sonrisa.

Al otro lado de la balanza están los contras. Sí, la economía de las farmacias se verá tocada por la reducción del precio de los genéricos y de los de marca que se coloquen en el SPR. Sí, la derogación del Real Decreto 5/2000 no entra en los planes del Gobierno. Sí, se sigue actuando sobre la oferta. Un sí pero no. ¿O un no pero sí?