Se deben tener en cuenta los síntomas, las características del paciente y otros fármacos en uso
| 2009-10-23T17:38:00+02:00 h |

redacción

Madrid

El resfriado y la gripe son dos de las enfermedades más propensas al autocuidado de la salud, y los tratamientos con medicamentos publicitarios (MP) para sus síntomas, sobre todo en esta época, son los más demandados en las oficinas de farmacia. Para atender al paciente, lo primero que hay que hacer es advertirle que estos medicamentos no eliminarán el proceso de gripal, sino que su función es el tratamiento de los síntomas.

Como los medicamentos para la gripe y el resfriado suelen ser combinaciones de diferentes principios activos, es más frecuente que en otros casos que éstos sean incompatibles con alguno de los tratamientos que pueda estar tomando el paciente. Por ese motivo, es necesario que el farmacéutico revise con el paciente, tanto los síntomas que sufre como otras medicaciones que esté tomando con el objetivo de hacer una selección adecuada.

En este sentido, se puede establecer una relación entre síntoma y medicamento para hacer frente a sus efectos. En caso de sufrir congestión nasal, se recomienda dispensar al paciente algún descongestionante, bien sea oral o nasal (fenilefrina DCI, fenilpropanolamina DCI o pseudoefedrina DCI). Para los pacientes con síntomas como la rinorrea, lo más indicado es un antihistamínico (clorfenamina DCI), mientras que para la fiebre, dolor o malestar general es aconsejable un analgésico, antipirético (paracetamol DCI o ácido acetilsalicílico).

Por contra, si el síntoma observado es la tos, hay que aconsejar al paciente la administración de antitusígenos (dextrometorfano DCI), expectorantes y mucolíticos, mientras que si presenta dolor de garganta hay que dispensar antisépticos o demulgentes bucofaríngeos.

Principios activos

Los tratamientos más habituales y efectivos para los síntomas más importantes de la gripe y del resfriado se dividen en dos, en función del analgésico antipirético que contengan: los basados en paracetamol DCI y los que contienen ácido acetilsalicílico DCI. Así, estos productos suelen combinarse con otros fármacos, siempre que la combinación no supere los cuatro elementos. La determinación de cuál se elegirá vendrá basada en las incompatibilidades presentes. Por ejemplo, el ácido acetilsalicílico no está recomendado en menores de 16 años, ni en pacientes con problemas ulcerogástricos, mientras que hay que prevenir, en el caso del paracetamol, que el paciente no sufra insuficiencia hepática o renal.

La vitamina C o la cafeína son otros de los principios activos que suelen acompañar a antihistamínicos, descongestivos, antitusígenos y expectorantes.