c. r. Madrid | viernes, 28 de febrero de 2014 h |

“En un medicamento contra el cáncer concurren tantas tecnologías como en un Airbus”. Esta frase sustenta buena parte de la postura del Parlamento Europeo en relación a Salud para el Crecimiento, el tercer programa plurianual de acción de la Unión Europea en el ámbito de la salud para el período 2014-2020. Conscientes de que el valor del sector sanitario no se reduce simplemente al progreso terapéutico, sino que debe tener un “efecto de palanca” en términos de crecimiento y creación de empleo (máxime en tiempos de crisis), los eurodiputados quieren que se le perciba como un “auténtico pilar de la economía europea” de cara a obtener un objetivo primordial: “ganar la batalla de la innovación”.

La Eurocámara debatió la semana pasada su proyecto de resolución sobre este programa europeo, que cuenta con una dotación presupuestaria global de 446 millones de euros para el período 2014-2020, es decir, más de 60 millones de euros anuales. Sus receptores potenciales son las autoridades nacionales, los organismos públicos y privados, las organizaciones internacionales y las ONG a través de la cofinanciación. El reparto se realiza entre cuatro objetivos: reforzar la innovación es uno de ellos, mejorar el acceso a una atención sanitaria de más calidad y más segura, favorecer la prevención de las enfermedades y proteger a los ciudadanos contra las amenazas sanitarias transfronterizas.

Según la Eurocámara, el reparto general de los fondos no debe ser estático. “La clasificación de los objetivos y la asignación de una dotación presupuestaria predefinida a cada uno de ellos podrían llevar a limitar el alcance de determinados proyectos”, reconocen los eurodiputados, que ven claro este peligro en el terreno de la innovación. Resulta indispensable, para ellos, evitar la presentación de un catálogo de medidas, ya que esto llevaría aparejada la fragmentación de los fondos disponibles. “El programa no pretende enumerar una lista exhaustiva de patologías. Se trata más bien de centrarse en un número limitado de objetivos prioritarios”, matiza el texto.

Más allá, la resolución del Parlamento Europeo resalta que pasar del descubrimiento de un principio activo a la producción industrial de un medicamento constituye “un reto en términos de ingeniería y de tecnologías”. Afrontarlo con éxito implica también, para los eurodiputados, multiplicar las fuerzas disponibles y aunar el trabajo del sector público y privado y de los investigadores de distintas disciplinas.

La austeridad afecta a la asistencia

La filosofía de la Comisión Europea que subyace bajo el programa ‘Salud para el Crecimiento’ es que la crisis “no solo es sinónimo de déficit”. El Parlamento coincide con ello. Las restricciones generales que pesan sobre las finanzas públicas obligan a reformar los sistemas de salud, a fin de controlar los gastos al tiempo que se optimiza la rentabilidad del sector y la innovación, y estas reformas son, en su opinión, fundamentales para que los sistemas de salud puedan responder a la creciente demanda de asistencia sanitaria generada por el envejecimiento demográfico, y puedan seguir dispensando una asistencia de calidad a las generaciones venideras. Sin embargo, también tienen sus peligros.

Por ello, en una de sus enmiendas, la Eurocámara ha solicitado incluir que “las medidas de austeridad en todos los Estados miembro afectan a la asistencia sanitaria, dado que disminuyen el gasto público y, en consecuencia, aumentan las desigualdades en el acceso a la asistencia sanitaria, en detrimento de las personas con ingresos bajos”.