La orden de precios para 2010 hace desaparecer la revisión semestral, aunque la

sustituye por una cláusula de excepcionalidad que añade incertidumbre al sector farmacéutico

| 2010-01-08T15:55:00+01:00 h |

Damocles era cortesano de Dionisio I, El Viejo (siglo IV, A.C.), tirano de Siracusa, a quien envidiaba por su vida aparentemente afortunada y cómoda. El rey, con el propósito de escarmentarlo, decidió que Damocles lo sustituyera durante un festín, pero para ello dispuso que sobre su cabeza pendiera una afilada espada desnuda suspendida de una crin de caballo. De esta manera, Damocles pudo comprender lo efímero e inestable de la prosperidad y del lujoso modo de vivir del monarca.

La expresión ‘la espada de Damocles’ se utiliza desde hace mucho tiempo para expresar la presencia de un peligro inminente o de una amenaza. Aeseg la trae a colación de la Orden de Precios de Referencia para el año 2010. Y razón no le falta.

El Ministerio de Sanidad prometió no incluir en la orden de este año la revisión semestral de precios que tantos quebraderos de cabeza trajo al sector el año pasado. Trinidad Jiménez ha cumplido su palabra, de una manera podríamos llamar expresa. Es decir, no ha incluido ninguna referencia expresa a la revisión semestral, pero en cambio ha decidido sustituirla por una posible revisión de una serie medicamentos (no especifica cuántos) en algún momento (tampoco especifica cuándo), unos términos tan indeterminados que permiten establecer una fácil identificación entre la situación del sector y la de aquel cortesano de la mitología griega.

Este punto es un ‘sí, pero no’, un regalo envenenado que sólo aporta más inseguridad a un sector que, acostumbrado a que muchas de sus alegaciones no se escuchen, pide al menos un sistema previsible. Y esta cláusula de excepcionalidad no es la única dosis de incertidumbre. La actualización de la información sobre los precios menores fijada para el 1 de mayo sigue sin tener demasiado sentido, si quienes deciden solicitar nuevos precios sin cambio de código deben hacerlo entre el 1 y el 15 de enero.

Hay quien dice que la incertidumbre y la expectativa son las alegrías de la vida, pero el sector tiene derecho a poder trabajar con un margen de previsibilidad. Y debe poder hacerlo sin que ninguna espada de Damocles penda sobre sus cabezas.