Jordi Camí resalta la diversidad y riqueza del centro, con grupos que trabajan desde diferentes perspectivas de investigación

Una de las apuestas del PRBB es fomentar la colaboración público-privada, que logra sacar cada año una o dos iniciativas empresariales

| 2010-06-11T16:52:00+02:00 h |

Javier Granda Revilla

Barcelona

El catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y director general del Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB), Jordi Camí, define este último como “una conurbación en un mismo edificio de seis centros distintos de investigación junto un hospital general, el Hospital del Mar”. Y es que, el PRBB está formado por seis centros distintos con investigación puntera en área biomédica, biología humana, regulación genómica, bioinformática, proteómica o salud ambiental, además de un centro mixto de servicios de tomografía por emisión de positrones, que cuenta con un ciclotrón y se centra en dar servicio a la industria farmacéutica en esta tecnología de industria biomédica.

Una amalgama de centros entre los que, según Camí, “existe una gran coordinación, de manera que forman una única comunidad muy joven y muy internacional”. En este sentido, destaca que cada día entran en este edificio un mínimo de 1.300 personas. “El 70 por ciento de ellas está por debajo de los 35 años, y el 30 por ciento del personal científico pertenece a 50 nacionalidades distintas, de manera que uno de cada dos posdoctorados es extranjero o casi la mitad de estudiantes de doctorado”, destaca.

Sobre la investigación, Camí resalta la diversidad y riqueza, con grupos que trabajan desde la perspectiva molecular y celular a otros que lo hacen a nivel poblacional o de investigación clínica. “Los médicos del Hospital del Mar que tienen grupos de investigación los presiden, tienen sus laboratorios y oficinas en el PRBB. Así se generan oportunidades desde perspectivas distintas: moleculares, aplicadas, poblacionales o investigación clínica”, precisa.

El director del PRBB muestra su orgullo porque la entidad ha sido pionera en aplicar el modelo de medicina traslacional. En su opinión, “es una necesidad para dar respuestas más rápidas a preguntas de investigación que se generan en la práctica clínica, por lo que se tienen medios y recursos para plantearlas in situ al contar con un entorno muy potente de investigación de laboratorio y más básica”. Asimismo, precisa que el fenómeno se produce también a la inversa: “preguntas de investigación que se plantean en laboratorio y en entornos de investigación más básica tienen la ocasión de establecer alianzas o buscar respuestas en la práctica clínica”.

Otra ventaja, según él, sería la cercanía con un hospital, “un beneficio enorme para el hospital, porque venir al PRBB es venir también al Hospital del Mar y poder compartir y estar junto a una comunidad científica de más de 1.000 personas”.

Código de buenas prácticas

La investigación en el PRBB se articula a través de un código de buenas prácticas científicas impulsado por el propio Camí. Como él mismo detalla, se trata de una apuesta de autorregulación para disponer de unas normas de referencia que se dirigen tanto a mejorar la calidad de la investigación que se realiza como para prevenir problemas de integridad.

“Es un esfuerzo para evitar o minimizar que se hagan las cosas mal y que la práctica científica que realizamos sea de la mejor calidad posible”, afirma. Y es que este código es una iniciativa muy extendida y muy normal en los países anglosajones y en toda Europa, aunque en España quizá es una tradición escasa.

“El mundo de la ciencia, que tiene siempre elementos para mejorar, tiene que evitar que le sigan regulando todo lo que hace y defendemos que las buenas prácticas científicas son competencia de la autorregulación, es importante que las decisiones sean tomadas por los propios científicos y, así, no hará falta la aparición de nuevas normas que regulen cosas grandes y pequeñas de nuestra práctica diaria”, opina Camí.

Sinergia público-privada

Otra apuesta del PRBB es la colaboración público y privada, con una media de una o dos iniciativas empresariales al año. Como apunta Camí, es importante reconocer que la mayoría de grupos de investigación, con una orientación más académica, “no están centrados en el desarrollo de aplicabilidad y generación de valor”. Sin embargo, cree que “es algo que está cambiando, aunque también es una marca en origen de los tipos de centros que se han conformado”.

Para él, no se trata de una asignatura pendiente, pero cree que en biomedicina “los grupos tienen una orientación en la que, de entrada, no hay una predisposición”. A este respecto, estima que se debe fomentar. “Todos los centros, el propio PRBB, tienen recursos de valorización y de fomento del desarrollo de negocio, recursos internos que empujan que estas cosas sucedan”, concluye.