Marta Martínez

Presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cuenca

| 2011-06-10T16:09:00+02:00 h |

irene fernández

Madrid

Una farmacéutica rural, Marta Martínez, es la nueva presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cuenca, la provincia rural por antonomasia de Castilla-La Mancha. Martínez sustituyó en el cargo a Alfredo Monteagudo, ya que la suya fue la única candidatura presentada. La nueva junta de gobierno, que tomó posesión la pasada semana, se caracteriza por integrar a “gente joven y muy profesional”, según aseguró Martínez a EG. “Creo que van a ser cuatro años muy duros, pero con ilusión sacaremos adelante los proyectos y espero que se empiece a notar desde ya en el colegio”, afirmó.

Pregunta. ¿Qué objetivos se fija esta nueva junta de gobierno?

Respuesta. Colocar al colegio en el siglo XXI y resolver el sistema de receta electrónica que se nos viene encima y en Castilla-La Mancha está en pañales. También queremos mejorar la calidad de vida del farmacéutico. Tenemos una problemática muy importante sobre cuáles son los horarios de atención al público y de guardias o problemas de atención a centros sociosanitarios.

P. El Cofcam tiene que renegociar el decreto de guardias y horarios. ¿Esperan que el nuevo gobierno autonómico se ponga manos a la obra con rapidez?

R. Esperamos que sí, porque ese decreto, que se ha quedado ahí, está muy trabajado, muy bien redactado, hay concesiones por ambas partes y debería ver la luz.

P. Como farmacéutica rural, ¿qué propone para mejorar la supervivencia de estas boticas?

R. Mis objetivos son los mismos que como presidenta del colegio, porque creo que los farmacéuticos adolecemos de una formación de reciclaje. Quiero revitalizar la visión del farmacéutico como profesional sanitario. Tenemos que dar el apoyo a todos los que tienen un horario muy complicado para compaginar la formación, al que se le suma los kilómetros que tienen que hacer. Estamos demasiado aislados, incluso los de Cuenca capital, tenemos horarios laborales muy duros que dejan poco margen para reciclarnos. Hay que subirse al carro de nuevos campos que se abren a la farmacia.

P. ¿Qué campos potenciarán?

R. La dietoterapia o la dermofarmacia. La ortopedia también vamos a intentar trabajarla desde el colegio, para mejorar la calidad de una sociedad envejecida.

P. ¿Deberían ser remuneradas estas carteras de servicios?

R. Efectivamente, cualquier profesional cobra por su trabajo. ¿Por qué el farmacéutico no?

P. Para las rurales, ¿la solución sería más solidaridad profesional? Porque el céntimo solidario al final no ha salido adelante.

R. Tenemos que hacer un frente común toda la profesión frente a la crisis, readaptándonos a las nuevas necesidades. Somos un sector demasiado tradicional. La farmacia rural necesita apoyo, pero no sé si pasa por la solidaridad de nuestros compañeros. Habrá otras opciones que estudiar.

P. ¿Cómo actuarán si se siguen desactivando marcas de los sistemas de prescripción?

R. El nuevo gobierno tendrá que darnos sus pautas y le expondremos los riesgos que conlleva. Esos recortes no son gratuitos, porque conllevan recortes de beneficios sociales. Es muy complicado y requiere un trabajo insistente por parte del boticario.